Rocío Márquez, voces, cuerpos

Bronquio, programación, sintetizador

Dice la poeta Carmen Camacho, autora de algunos de sus textos junto con Lorca, San Agustín o Macky Chuca que, al Tercer cielo, el espacio-tiempo mental y creativo donde se han dado cita Rocío Márquez y Bronquio, se sube por inmersión.

Y eso es exactamente lo que ofrece esta extraordinaria versión escénica de un disco igualmente extraordinario; el sexto y último de Rocío Márquez (Huelva, 1985), una de las voces más relevantes del flamenco actual.

Cantaora versátil, valiente y sabia, Márquez lleva años embarcándose sin miedo en viajes inciertos, dispuesta a probarlo todo: a comprometerse con los temas sociales de su tiempo, como demostró con su nana en el documental Pico reja, y, en el terreno musical, a encontrar ese punto de libertad en el que se unen gozosamente el cante tradicional andaluz y las músicas de otros territorios.

En escena, la cantaora camina junto al músico electrónico jerezano Santiago Gonzalo, Bronquio, enriqueciendo los infinitos matices de su voz con los sintetizadores, el autotune y toda la magia del teatro.

Las luces, el movimiento auspiciado por el coreógrafo Antonio Ruz… Todos los ingredientes están cuidados milimétricamente para hacer del recital un espectáculo que fluye de principio a fin, sumergiendo en él al espectador.

La versión escénica de Tercer cielo abrió el pasado año en Sevilla el programa Flamenco Viene del sur y, según aseguran los que tuvieron la suerte de presenciarla, fue una delicia de tal calibre que no era justo privar de ella a la afición granadina.

Rosalía Gómez