LASAL TEATRO
Autoría y dirección: JULIA RUIZ CARAZO.
Edad recomendada: de 1 a 4 años.
Están ahí, durmiendo tranquilas, como si nada pudiera alterarlas. Pero llega el aire sin avisar, sin preguntar, sin parar, tocando todo lo que encuentra a su paso. Entonces una de ellas
deja que empuje su cuerpo y mueva sus manos. Y baila por primera vez. La otra deja que entre en sus pulmones y escucha los sonidos que salen de su boca… Y canta por primera
vez. Poco a poco descubren el aire: el que nos envuelve, nos empuja, nos acaricia y ocupa el vacío que dejamos. El aire que alborota el pelo, seca la ropa o se cuela por las rendijas para
aullar su presencia. Cuentan sin necesidad de hablar. Se quedaron sin palabras… o quizá se las llevó el aire.
FETEN, la Feria Europea de Artes Escénicas para Niños y Niñas premió en su edición 2016 a cuatro compañías andaluzas. Tres de ellas granadinas. LaSaL Teatro lo fue en su categoría de
Premio al Mejor Espectáculo para la Primera Infancia. Granada es, sin duda, terreno abonado para el teatro infantil. Un numeroso grupo de profesionales de las artes escénicas han puesto en esta ciudad, desde hace lustros, al mal llamado público del futuro —lo es del presente— como destinatario de sus brillantes creaciones. La obra de Julia Ruiz Carazo con LaSaL Teatro es una parte esencial de ese valioso acervo.
Nunca hemos olvidado algunos aspectos básicos para la evolución de nuestro trabajo, el estudio teórico del desarrollo en las distintas etapas de crecimiento, la relación con los docentes para asesoramiento y creación de proyectos conjuntos sobre el arte y la escuela, el encuentro con padres y madres, los talleres, las conferencias...
Sabemos que la labor fundamental es acompañar al nuevo espectador a través de todos los ciclos escolares y llevarlo a través de un largo viaje de descubrimiento, de alfabetización teatral. Me gusta hablar de las cosas sin tener que diseccionarlas ni evidenciarlas. No quiero enseñarles nada. Quiero que algo se huela, se sienta en el aire, o se vea por la nariz.
Ayudar a que intuyan, aunque no entiendan. Que vean solo una parte, y que imaginen lo que no está. O que imaginan lo que vean, o lo que quieran. Dar sensaciones. Quieren
aprenderlo todo y debemos, con el mayor de los respetos hacia ellos y su mundo, darles lo mejor de nosotros mismos.