Plaza del Ejido 5, 29013 Málaga
SERGIO RUBIO
DIRECCIÓN Y DRAMATURGIA: SERGIO RUBIO MANIPULACIÓN Y MÚSICA: ALE SIERRA “BOLA”, GONZALO CANO FLAMARIQUE “GON”, JAVIER VIANA Y AGUSTÍN SÁNCHEZ. PRODUCCIÓN: ALBERTO JIMÉNEZ.
Roberto González primero fue cajero de banco, después odiaba el dinero y finalmente se decidió por ser ni más ni menos que Rockberto. Desde que tomó contacto con el mundo de la música comprendió que le proporcionaba el universo que necesitaba para no dejarse domesticar frente al mundo corriente, fabricado sobre la neurosis de la más gris realidad. Su estilo totalmente anárquico e inclasificable tuvieron en este sentido un éxito total y Rockberto consiguió morir libre, sin traicionar un ápice su estilo de vida: sexo, drogas y rock&roll. Sus letras, su voz, su rebeldía, sus geniales iluminaciones, la leyenda de Tabletom o su relación con ciertas sustancias, revelan la autenticidad de una existencia independiente y genial, por estar precisamente fundamentada en la más pura libertad. Este singular proceder despertó una gran fascinación del público, generando un fenómeno de veneración aún vigente.
El Rockberto que nosotros hemos descubierto en la sala de ensayos se ha comportado como un hombre cruelmente sencillo, ingenioso, insurrecto, imprevisible y libertario. Rockberto no era amigo de homenajes por ello hemos preferido fantasear sobre sus ensoñaciones finales, alejándonos de lo biográfico y adentrándonos en su universo de lucidez, locura y eclecticismo. Queremos reflejarlo con la apariencia de la última psicodelia imaginada por Roberto González. ¡Muerde que rollo!