ANDALUCÍA·FLAMENCO 

El flamenco, como la vida, continúa su imparable y efervescente evolución. Sus artistas, cada vez más heterogéneos, representantes y guardianes de un arte cuyas únicas servidumbres son las que ellos mismos deciden crear, abren día a día nuevas vías de experimentación.

Bebiendo de la sólida tradición de la que proceden, estos remueven continuamente unas fronteras cada vez más movedizas -fronteras que, en realidad, nunca han existido para la cultura-, y buscan alianzas y diálogos, muchas veces inciertos, con géneros, artistas y conceptos de todos los rincones del planeta. O bien emprenden viajes a través del tiempo para redescubrir, en las músicas y las figuras de antaño, esencias que les ayuden a expresar su sentir en el siglo turbulento en el que viven. 

No hay que olvidar, sin embargo, que las raíces, los manantiales de este arte, verdaderamente universal, se encuentran en las gentes y en los pueblos del territorio andaluz. En una cultura inmensamente rica y absolutamente singular cuya protección e impulso constituye un deber y un compromiso para las administraciones públicas. 

Por ello, la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía, a través del Instituto Andaluz del Flamenco, ha decidido renovar el programa que, bajo el nombre de Flamenco Viene del Sur, venía llevando el flamenco a sus teatros desde hace más de un cuarto de siglo para crear, bajo el lema Andalucía·flamenco, programas que ofrezcan muestras vivas de este arte, tanto al andaluz como al visitante, siempre ávido de conocer más profundamente la cultura de los territorios que visita.

El flamenco, frente a la monocultura tecnológica que nos domina, sigue hoy proponiendo la presencia física, la singularidad de sus voces y sus músicas, de los dedos que suben y bajan por los trastes de la guitarra más genuinamente española y la misteriosa energía de su baile. Y, como el resto de las artes escénicas, propone, además, un espacio protegido donde los artistas (y las artistas, claro está), pueden compartir sus experiencias y sus descubrimientos artísticos con un público tan necesitado como ellos de reencontrarse, en un presente común, con sus emociones y su humanidad. 

De la mano de Andalucía·flamenco, este año dos templos de la vanguardia escénica andaluza como son el Teatro Central de Sevilla y el Teatro Alhambra de Granada volverán a llenarse de flamenco con 17 atractivas y variadas propuestas.

TEATRO ALHAMBRA DE GRANADA 

En Granada, del 11 al 27 de mayo, junto a la maestría indiscutible de Tomatito (día 20), uno de los más grandes guitarristas de este país, comprometido con el flamenco desde que se diera a conocer al lado del mítico Camarón, y a los jóvenes vientos de Sergio de Lope, que sonarán el día 25 junto a la voz jonda de su invitado José Valencia, el baile y el cante estarán representados por seis mujeres, muy diferentes entre sí, pero todas ellas realmente extraordinarias. 
 

El baile lo pondrán cuatro bailaoras jóvenes, pero ya en plena madurez artística, como Patricia Guerrero, Premio Nacional de Danza a pesar de su juventud, que retoma su primer trabajo de gran formato, Catedral (día 11), Giraldillo al Mejor Espectáculo en la Bienal de 2016 y un hito en la evolución de su riquísimo lenguaje de flamenca contemporánea. 

El día 12 será la chilena Florencia Oz, surgida con fuerza desde las filas del Ballet Flamenco de Andalucía, quien presente, junto a la música y el cuerpo de su hermana melliza Isidora O’Ryan, su doble y su contrapunto, Antípodas, aclamada unánimemente como una de las piezas más poéticas y sugestivas del pasado año. 

El día 19, llegará la genialidad en estado puro de Rocío Molina. Premio Nacional de Danza y León de Plata en la Bienal de Venecia, la malagueña presentará junto al jovencísimo y formidable guitarrista Yeray Cortés su Vuelta al Uno (día 19), el último capítulo de una fantástica trilogía de solos dedicados a la guitarra flamenca. Y por último, Mercedes de Córdoba, una mujer que transita sin violencia desde la más pura tradición bailaora hasta las estéticas más atrevidas del teatro contemporáneo, presentará el día 26 su trabajo Ser, ni conmigo ni sin mí. 

En cuanto a las voces, las protagonistas son también dos artistas jóvenes y personalísimas. Rosario La Tremendita, más que una voz un pozo de conocimiento musical, de libertad creativa y de disfrute, ya con el cante de raíz, ya disputándole el bajo eléctrico a su compañero de escenario, llevará al teatro Alhambra su último trabajo Principio y origen el día 13 mientras que, el 27, lo hará la tierna y poderosa voz de Rocío Márquez. Igualmente interesada en explorar las posibilidades musicales del flamenco, Márquez disfruta embarcándose con rumbo desconocido junto a otros artistas, como el músico electrónico jerezano Bronquio. Con este ha creado un Tercer Cielo cuyos 17 bocaditos, adobados con textos de Carmen Camacho, San Agustín o Santa Teresa de Jesús, han llegado directamente al corazón de cuantos han tenido ya ocasión de compartirlos. Por eso Tercer cielo regresa también este año para cerrar el programa granadino de Andalucía·flamenco