MALAJE SOLO
Guion, dirección e interpretación: José Antonio Aguilar
Producción: Cía. Malaje Solo
LA LETRA CON HUMOR ENTRA.
¿PENSÓ USTED ALGUNA VEZ EN EL POEMA DEL MÍO CID, LAS JARCHAS, GONZALO DE BERCEO, EL ARCIPRESTE DE HITA, LOS MESTERES - TANTO EL DE JUGLARÍA COMO EL DE CLERECÍA -, LOS CANTARES DE GESTA, COMO POSIBLE ARGUMENTO DE UN ESPECTÁCULO CÓMICO?
UN ARTESANO DE ESTE OFICIO COMO ES JOSÉ ANTONIO AGUILAR/MALAJE SOLO LO HA HECHO, VENGAN Y JUZGUEN USTEDES MISMOS EL RESULTADO DE ESTE ATREVIMIENTO.
Tuyo Cid, por un lado es un homenaje al origen de mi oficio, los juglares, esos primeros cómicos que, a cambio mayormente de comida y rara vez de dinero, difundían en las plazas la tradición oral narrando gestas, hazañas, leyendas… Y, por otro, una comedia que repasa los inicios de nuestra historia de la literatura (las jarchas, el auto de los Reyes Magos, el mester de juglaría, los cantares de gesta, el mester de clerecía, Gonzalo de Berceo, el arcipreste de Hita…) y ofrece una mirada muy desenfadada del primer texto escrito en castellano conocido, el Poema de Mio Cid.
Respetando el argumento original, mediante la actualización de datos, el humor, la interacción, la utilización de sencillos efectos especiales y algunos otros recursos escénicos, se busca despertar el interés por uno de nuestros clásicos más representativos.
José Antonio Aguilar.
Contando con más de 25 años de trayectoria, la compañía Malaje Solo ha encontrado el modo de hacer accesible a los adolescentes algunas de las grandes obras de la literatura universal, despertando su interés mediante ese humor blanco y sencillo que la caracteriza, capta su atención desde el primer minuto, sin llegar a perder en ningún momento el rigor histórico ni la calidad de los textos a los que hace referencia.
Para el público adulto, es la mejor opción para salir de la monotonía y disfrutar de un clásico medieval con referencias totalmente contemporáneas de la forma más amena, relajada y divertida posible, a través de sus ocurrentes diálogos plagados de ironía e ingenio.
Riamos un rato, que para llorar ya habrá tiempo.