Concepto y creación: GRETA&ANNA

Interpretación y coreografía: GRETA GARCÍA

Escultura, espacio escénico y vestuario: ANNA JONSSON

Dramaturgia y asistencia de dirección: ALBERTO CORTÉS

Música y espacio sonoro: SUSANA HERNÁNDEZ

Pieza para 1 bailarina y 1 escultura

ESTRENO ABSOLUTO

FUSIÓN DE DISCIPLINAS: CIRCO, DANZA, ESCRITURA, DIBUJO, PAYASA COMO ELLA SOLA... ¿ALGUIEN DA MÁS?

ESTA GESTRING, UNA DE LAS HERMANAS JUNTO A LAURA MORALES, CABALGA ESTA VEZ CON SU MADRE, LA ARTISTA PLÁSTICA ANNA JONSSON, PARA COMPARTIR EL PLACER POR LA IRONÍA Y LA COMICIDAD.

Parece como si a Greta le gustase estar en todas las salsas, pero no hay que equivocarse, todo es fruto de una inquietud artística e investigadora que no le deja un momento para la relajación. Siempre inquieta, su trayectoria, desde La Nordika, la ha hecho viajar por universos creativos de todo tipo. Sus colaboraciones con infinidad de proyectos de circo, danza, performance o teatro, son buena prueba de ellos.

A destacar, su permanente colaboración en las performances de Anna Jonsson, una artista plástica nacida en Suecia y licenciada en la Facultad de Bella Artes en Sevilla, que desarrolla desde los años 80 una dilatada trayectoria internacional mostrando sus trabajos ininterrumpidamente en numerosas exposiciones y ferias, tanto en galerías como museos. Una artista multidisciplinar de formación escultórica, base de toda su obra, que la ha llevado a relacionarse y trabajar en el mundo de la danza-performance, reflejado tanto en sus espectáculos en vivo como en sus creaciones audiovisuales.

Sobre Mi madre muerta Greta declara: más que en un trabajo escénico, la pieza se convierte en un ritual para las dos. La creación de la escultura hace ya unos años, supuso todo un viaje emocional para mi madre, cosida a mano, hecha de ropa vieja y usada, cada hilvanada fue un recuerdo y una preparación. Una preparación que ahora comparto yo. Siento que recojo el legado de una tradición familiar. Ambas compartimos el placer por la ironía y la comicidad.

Mi madre muerta no es una escenificación del dolor, la pieza se sitúa entre el terror, el show y el ritual. Investigando cuerpo a cuerpo con la muñeca me descubro en situaciones terribles, caníbales, rozando lo gore, y no puedo parar de cuestionarme el límite, si es que existe. Es absurdo y tremendamente conmovedor, cosa que a las dos nos empuja a seguir hasta el fin de este proyecto. No entiendo los funerales, no sé cómo comportarme, he venido con mi mejor traje de Elvis, pero yo no sé cantar, no puedo ver el cadáver, venga mamá despierta, mira lo que hago, las vísceras se le caen, me persiguen, hay gusanos, no soy capaz de llorar, un conejo negro me canta al oído, no puedo llorar.