Coreografía: JEFTA VAN DINTHER. Espectáculo para 9 bailarines del CULLBERG BALLET

ESTRENO EN ESPAÑA Con la colaboración del Swedish Institute.

BRILLANTE, VERTIGINOSO, BRUTAL, MISTERIOSO, VISUAL, HERMOSO, INTELIGENTE… ASÍ ES EL ESPECTÁCULO QUE EL COREÓGRAFO SUECO CON MÁS PROYECCIÓN INTERNACIONAL DE LA ACTUALIDAD PRESENTA EN EL CENTRAL

Desde hace algunos años este coreógrafo, que divide su tiempo entre Estocolmo y Berlín, viene deslumbrando a la crítica y público desde New York a París. Una nueva realidad, algo nunca visto está enriqueciendo el panorama de la danza contemporánea, un nuevo creador con nuevos y sorprendentes conceptos se ha instalado entre los maestros heredados del s. XX y lo ha hecho por derecho propio. El que el Cullberg Ballet, una de las instituciones más prestigiosas de la danza mundial, le haya confiado su cuerpo de baile para realizar una coreografía es buena prueba de la cotización artística de la que goza este creador.

En Plateau Effect nuestro coreógrafo se apodera del telón de boca del escenario. Manipulado por los nueve bailarines, se traga y vuelve a escupir los cuerpos como si se tratara de una cartografía en recomposición acelerada, sometida a las vibraciones telúricas de la partitura sonora… ¡Algo totalmente nuevo en el paisaje coreográfico!. Para el que no conozca el Efecto meseta hay que decir que se trata de un fenómeno identificado por los científicos como un momento de transición entre  dos fases del  desarrollo… Con este título Jefta lanza un guiño a la institución que produce su espectáculo. Es evidente que con su espectáculo, Van Dinther, conduce al más célebre de los ballets suecos hacia nuevos horizontes. Producto de una nueva generación, Van Dinther ve en el objeto inanimado una posible extensión del gesto bailado. Así pues, en Plateau Effect, el telón de boca se convierte en el objeto principal de esta coreografía espectacular. La superficie del telón se utiliza para los juegos de aparición y desaparición de los intérpretes textualmente engullidos y vueltos a escupir por el mismo. Poco a poco a lo largo de la pieza, los bailarines se convierten en manipuladores del telón como metáfora de una comunidad que no deja ni un minuto de construir y deconstruir una obra plástica efímera, todo ello subrayado por unas luces que dotan al espacio escénico de una atmósfera onírica y una potente partitura sonora que ayuda a crear un ambiente telúrico para este paisaje vivo.

Alucinante, algo nunca visto... ... deliciosamente hermosa. Theaterkrant