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Cómo lo hacemos

La revolución tecnológica de la biblioteca del IES Zoco. O de cómo los libros salieron del armario hacia la nube digital.

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De los libros encerrados tras los cristales y marcados con un sello antiguo, a unos libros aumentados; de una biblioteca para estudiar en silencio, a una sala interactiva en la que se graba todo, desde los poemas recitados hasta el mannequin challenge de la biblioteca.

La revolución tecnológica de la biblioteca del IES Zoco.
O de cómo los libros salieron del armario hacia la nube digital.
 

Carmen López Pérez, Responsable de la biblioteca del IES Zoco (Córdoba)
BLOG: http://bibliotecazoco.blogspot.com.es/?m=0
https://www.facebook.com/bibliozoco

 

Creo que me estoy haciendo mayor. Hace ya 20 años que comencé en este mundo de las bibliotecas escolares. Mi biblioteca es la del IES Zoco de Córdoba, sin embargo aún guardo recuerdos de la primera “sala de libros” a la que me llevaron mis primeras guardias en mi entonces centro de destino. Tres horas semanales en mi horario dedicada a ayudar a una bibliotecaria que solamente ejercía esa función. Ella había sido profesora de Formación del Espíritu Nacional, con pocos conocimientos sobre bibliotecas, pero que guardaba con gran recelo los 5000 y muchos volúmenes de una biblioteca situada en un centro educativo de bastante prestigio, en la que el silencio imperaba y los volúmenes permanecían depositados en estanterías cerradas a cal y canto. Para poder leer un libro había que dirigirse a ella o a mí y rellenar y firmar un formulario. Al alumnado se le entregaba el volumen solicitado en mano, sin posibilidad alguna de consultar los fondos. Allí no había ni equipo de biblioteca ni nada parecido, allí había una señora que sentía la biblioteca como su reino y a los demás nos dejaba compartir por un tiempo ese espacio, pero muy a su pesar.

No fue hasta mi primer destino definitivo en una zona rural y alejado de los intereses que generan los grandes centros de las ciudades, cuando pude conseguir hacerme la reina de una biblioteca escolar. Me la concedieron porque nadie la quería pues sólo daba problemas: muchos libros sin catalogar y sin identidad encarcelados en ese recinto, otros que ocupaban un lugar que ya no les pertenecía pero que se resistían a pasar a mejor vida, unas fichas bibliográficas amarillas, desordenadas, fruto quizá del esfuerzo de un bibliófilo o bibliófila, que se entretuvo en registrar esa gran familia de libros hasta que el ansiado traslado a un centro urbano le hizo abandonarlos a su suerte. Fue entonces cuando decidí que debía echarles una mano, que esa gran sala repleta de polvo, carcoma, de chicos y chicas que estudiaban en silencio en los recreos, de otros que dormían sobre las mesas tras haber sido expulsados de sus aulas, que esa biblioteca escolar se merecía otro papel en el centro.

A finales de los 90 del siglo pasado, mi director apostó por la biblioteca de su centro. Era un gran lector y valoraba el papel de la lectura como herramienta fundamental en el aprendizaje de nuestro alumnado. Me concedió un ordenador con el que, utilizando aquel primer Abies 1.0, empezamos a darle identidad digital a todos esos habitantes silenciosos de unas estanterías que poco a poco fueron perdiendo sus puertas y sus llaves. Mis compañeros y compañeras, atraídos por la magia de ese programa de gestión, comenzaron a sumarse en este empeño y así comenzó el primer equipo de biblioteca. No fueron necesarias disposiciones legales, ni instrucciones de inspección, sólo la ilusión de un grupo de personas que confiaron en la idea de convertir la gran sala que mostraba en su puerta de entrada el rótulo de “Biblioteca”, en una zona de ocio, en una alternativa al patio de recreo, en un lugar al que cualquier docente podía ir con su clase a disfrutar del placer de leer.

De allí a inventar múltiples actividades de fomento de la lectura y a convertir nuestra biblioteca en elemento dinamizador de la vida cultural del centro. ABIES supuso para nuestra BECREA una herramienta útil y sencilla que simplificaba nuestras tareas cotidianas en la biblioteca escolar y nos permitía dedicar más tiempo a transmitir el amor a la lectura, el amor al conocimiento.

Sí, es cierto. ABIES fue el primero de mis compañeros de viaje en mi empeño de que la biblioteca escolar formara parte de la nueva sociedad de la información y la comunicación.  Así llegaron las videoconferencias con escritores y escritoras a los que llamamos “Video-encuentros de lectura”. Únicamente necesitamos un ordenador con proyector y conexión a la red, una webcam y una sala llena de chicos y chicas que esperaban que apareciese el autor de Maito Panduro en la pantalla blanca para acribillarlo a preguntas sobre el proceso de creación de esa bella historia sobre la bella relación entre Maíto y su maestra. Cuando apareció Gustavo Mouré se hizo de nuevo la magia: él en Asturias, nosotros en un pueblo extremeño que estaba ya muy cerca de mi tierra, Andalucía, a la que pensaba volver pronto. Este fue otro paso más en la que sentía como necesidad de innovar en el mundo de la biblioteca escolar. Poco después llegó mi primer blog de biblioteca, un lugar en el que empezamos mostrando las “cosillas” que se hacían en ella, y que terminó siendo un auténtico entorno virtual de lectura pues allí se daba cabida a elementos muy variados: opiniones sobre libros vertidas por todos los que componíamos la comunidad educativa así como nuestras creaciones con intención literaria (poemas, narraciones y cómics), nuestras normas, nuestras novedades, nuestras rutas literarias…Era el espejo ante el mundo de una biblioteca escolar de un centro escolar alejado de los brillantes focos culturales de las capitales de provincia.

Mi segundo blog, ya en la biblioteca del IES Zoco, supuso una nueva posibilidad: elaborar nuestros propios materiales y recopilar los producidos por el alumnado y presentarlos en formato digital. De esta manera y ya sin marcha atrás en la búsqueda de nuevos recursos de la red, comencé a “subir” documentos a los repositorios digitales, un excelente medio para gestionar, almacenar, preservar, difundir y facilitar el acceso a los objetos digitales. Del espacio físico de la biblioteca a ese espacio llamado “la nube”. El servicio en línea de Issuu nos permitió la visualización de nuestro material digitalizado electrónicamente, como libros, antologías,  documentos para la formación de usuarios, producciones del alumnado, las revistas de la biblioteca, etc. de forma realista y personalizable. Probamos también con Calameo para nuestra revista de centro, “Zabazoque”, incluso llegamos a publicar en el agradable formato que nos ofrece Simple Booklet un número especial de recomendaciones de libros para docentes.

Nuestro deseo de utilizar múltiples herramientas digitales tuvo que pasar necesariamente por recurrir a los productos audiovisuales. En nuestra biblioteca se realizaban recitales poéticos de los que había que dejar constancia, de modo que tuvimos que emplear la cámara de vídeo para rodar todo lo que se hacía. Entonces surgió la necesidad de emplear programas de edición de vídeos. De un primer empleo de Windows Media Maker o la posterior edición con IMovie, pasamos a utilizar los artefactos que nos ofrecían nuestros smarphones como VivaVídeo, un editor gratuito para los terminales móviles Android. Pero para alojar nuestros productos en la nube, nos creamos cuenta y canal propio en redes sociales de intercambio de contenido audiovisual como YouTube, que además nos permitía editar nuestros clips de vídeo y en Vimeo. Con el impulso de la biblioteca, nuestro alumnado ha realizado sus propias producciones audiovisuales con el formato de “booktouber”  o del videopoemas. Hemos llegado incluso a crear nuestro propios “booktrailers” en nuestro deseo de fomentar la lectura entre el alumnado del IES Zoco. De cualquier manera, los productos audiovisuales de nuestra biblioteca tienen como protagonistas a nuestros alumnos y alumnas que se inician en el universo lector.

La innovación en la biblioteca también nos ha llegado de la mano de los pósters digitales. Estos pueden permanecer en la red para siempre y el nivel de difusión o de audiencia potencial es infinitamente mayor. Comenzamos promocionando nuestra biblioteca con un glog en GLOSTER para después utilizar otras herramientas como PADLET.

Nuestra labor de “curadores de contenido” para contribuir al Aprendizaje Basado en Proyectos de las distintas áreas y colaborar con las actividades que se realizan en todos los planes y programas educativos en los que nuestro centro participa, se ha visto beneficiada por herramientas digitales como SYMBALOO que nos ayudan a organizar el acceso a internet y proporciona una mejor estructura y visión de todas las páginas y apps que seleccionamos a nuestros clientes. Tenemos publicadas varias webmixes de variada temática: recursos para efemérides, sobre artefactos digitales útiles para las materias del centro, recopilación de vídeos y audios para trabajar la escucha activa en el marco del Proyecto Lingüístico de centro, etc. Otro recurso para crear entornos informacionales específicos para efemérides o temas interesantes es el que presenta PADLET, herramienta digital a la que ha recurrido muchas veces nuestra biblioteca buscando servir a la comunidad educativa en la selección de recursos de la red.

Entornos informacionales Symbaloo IES Zoco

La presentación digital con genial.ly, o Prezzi nos sirve a menudo para generar y mostrar información sobre nuestras actividades e ideas. Un buen ejemplo de ello sería la presentación realizada para el Día del Flamenco de nuestra BECREA con Prezzi. Por otro lado, Genially o Canva son herramientas online para crear contenidos interactivos y dinámicos como imágenes, pósters, infografías, presentaciones, carteles, etc. Nuestra biblioteca ha generado algunos contenidos con ellas como los carteles que anuncian la visita de escritores y escritoras a nuestros encuentros llamados “Zocolecturas”. En el caso de Canva, resaltamos la variedad de diseños y elementos de diseño que posee, de manera que constituye una herramienta indispensable a la hora de realizar la cartelería de las exposiciones.

Zocolecturas Genially

Por último, me gustaría destacar el gran salto que ha dado nuestra biblioteca hacia el futuro y que se manifiesta en el uso de la realidad aumentada en ella. La generación de los códigos QR y su inserción se ha convertido en una práctica habitual en nuestras producciones. Las exposiciones que se realizan siempre tienen una información añadida a la que nos remite el QR tras ser escaneado por alguna aplicación. La intención es casi siempre la misma: a la comprensión lectora del texto escrito que supone la base de la exposición sobre la vida de algún autor o autora, de libros sobre una temática determinada u otros casos, se superpone una información que procede de algún elemento multimedia: vídeo o audio. De esta manera, nuestro alumnado trabaja con gymkanas y juegos varias destrezas lingüísticas básicas. En este campo también señalaremos la utilización de la imagen interactiva para las jornadas de formación de usuarios. Genially o Thinglink son los recursos que utilizamos para señalar o marcar puntos en las imágenes elegidas en donde queremos insertar información alguna.

Insertar información a imágenes con Thinglink (THINGLINK.jpg)

El campo de acción de las TIC y las TAC en la biblioteca del IES Zoco es infinito. Nuestras rutas literarias con geolocalización; través de Layar, nuestros libros aumentados con QR, nuestros callejeros literarios de Córdoba con Google Maps son algunos de los usos de las nuevas tecnologías al servicio de la Biblioteca. Por supuesto, nuestra biblioteca se relaciona en las redes sociales. Tenemos perfil en Facebook, Instagram y Pinterest con el que nos relacionamos con otras bibliotecas escolares, con expertos y expertas en lectura, instituciones y, por supuesto, con nuestro alumnado.

Y…hasta aquí hemos llegado. De los libros encerrados tras los cristales y marcados con un sello antiguo, a unos libros “aumentados”, llenos de códigos QR que nos llevan a su ficha bibliográfica, a una entrevista con su autor o a una música que se puede escuchar durante el acto de la lectura; de una biblioteca para estudiar en silencio, a una sala interactiva en la que se graba todo, desde los poemas recitados hasta el “mannequin challenge” de la biblioteca. Un giro de 350º en apenas 20 años.

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