Los conciertos del IES Lucus Solis: la música que nos une

Ana Baruque Galiana, profesora de Música
IES Lucus Solis - Sanlúcar la Mayor (Sevilla)

El IES Lucus Solis, de Sanlúcar la Mayor, lleva celebrando un concierto anual desde el año 2006. En él participan alumnos, profesores, antiguos alumnos y en general miembros de la comunidad educativa. En dicho concierto tienen cabida todos los géneros musicales, y es ya un referente cultural en la comarca del Aljarafe sevillano. El de este año hubiera sido el XV Concierto.

Cuando llevaba dos años impartiendo clases de música en el IES Lucus Solis, pensé que podía ser factible llevar a la práctica una idea que hacía tiempo me rondaba por la cabeza, y que era básicamente hacer algo más que desarrollar mi asignatura en las clases, tal como normalmente se plantea. La aplicación práctica de la música al margen de tocar un poco la flauta o algún instrumento de percusión me parecía algo muy complicado, dadas las circunstancias que tenemos en el aula, pero aún así decidí que merecía la pena intentarlo. Había algunos alumnos/as en el centro que tocaban algún instrumento, que cantaban o bailaban, y lo hacían bien, e incluso había algunos que componían, y eso no se podía desaprovechar. Me pareció una buena idea intentar organizar un concierto para que dichos alumnos y alumnas pudieran mostrar todo su talento en un escenario, ante un público. Nosotros no tenemos salón de actos, pero la Casa de la Cultura nos abrió sus puertas y, tímidamente, echó a andar nuestro proyecto. Tras varios meses de ensayos, se celebró nuestro primer concierto, y fue tal el éxito que tuvimos que desde entonces no hemos faltado a nuestra cita anual, y el Concierto del instituto, como se le conoce, es todo un acontecimiento en Sanlúcar y en el Aljarafe.

En nuestro concierto tienen cabida todos los tipos de música. De hecho, son los propios alumnos y alumnas los que nos sugieren estilos musicales o ideas concretas, según sus propios gustos. Desde septiembre empezamos a reunirnos con ellos. Algunos, los menos, estudian en un conservatorio o escuela de música y tienen claro lo que quieren interpretar. La mayoría son autodidactas o simples aficionados y necesitan un poco de orientación o ayuda. Y también están los propios compañeros: en nuestro centro tenemos profesores y profesoras de muy distintas materias que tienen inquietudes musicales y que también participan en el concierto, tocando muchas veces con alumnos, codo con codo. Ésa es una de las cosas que nos encanta de los conciertos de nuestro instituto: no hay barreras y tanto alumnos como profesores pueden ser compañeros y hacer música de forma conjunta, y hemos comprobado que de alguna forma ese hecho también mejora la convivencia. Nadie es más importante que nadie, todos son integrantes de un grupo. En la misma línea, tenemos en el centro un coro formado por alumnos y profesores, que ensayan también juntos, y que además de algunas otras actuaciones durante el año, en el concierto interpreta una canción que es uno de los platos fuertes del mismo. Pero la canción del coro es un número más de una serie de actuaciones muy variadas y muy distintas entre sí, en las que participan alumnos de cursos muy diversos, desde 1º de ESO hasta Bachillerato o Ciclos, algunos profesores, antiguos alumnos (que ya han terminado su etapa en nuestro centro pero que no se resignan a dejar de participar en nuestro concierto), e incluso algún familiar que se anima a hacer música con su hijo, hermano o padre.

Y ahí empieza nuestra labor: mi compañero Luis Sancho y yo escuchamos a todos los que desean intervenir en el concierto, en una especie de “audiciones” que hacemos durante los recreos o por las tardes. Y así vemos el material con el que contamos. A veces nos encontramos con un cantante que necesita que alguien le acompañe, y entonces echamos mano de nuestros posibles guitarristas o pianistas, por ejemplo. Otras veces tenemos un grupo de baile flamenco que necesita alguien que les toque y cante en directo. O tenemos a alguien que toca la guitarra eléctrica y a quien vendría bien tener un bajista y un batería. Así empieza todo. Ellos nos proponen la canción que quieren interpretar. A veces nos traen varias propuestas y nosotros, como profesores de música, y según nuestra experiencia, les aconsejamos la que nos parece que puede dar mejor resultado. Ellos hacen sus propias versiones, adaptando las canciones y a veces incluso mezclando estilos. En ocasiones tenemos que dar unas miniclases de afinación, de ajustes rítmicos o de interpretación corporal/gestual, pero en otras apenas necesitamos intervenir. Algunas veces tenemos que decirle a algún aspirante que se prepare un poco mejor y que tendrá hueco el año siguiente, si sigue trabajando. Pero hay muchas veces en que nos sorprende el alto nivel de los números musicales que nos presentan nuestros estudiantes. Y eso es precisamente lo más impactante de nuestros conciertos: no son lo que se podría considerar conciertos escolares al uso, en los que los niños lo hacen lo mejor que pueden sobre un escenario, sino que los números musicales que presentamos son todos de un altísimo nivel, y han sido seleccionados precisamente porque ofrecen algo que podría escucharse sin problema en otros conciertos fuera del ámbito escolar. Cuando un espectador acude por primera vez a uno de los Conciertos del Lucus Solis, siempre nos habla de la impresión que le ha causado ver y escuchar a adolescentes y a profesores haciendo música de forma prácticamente profesional. Son ellos los que tienen todo el mérito. Los profesores de música sólo coordinamos y damos un empujoncito si hace falta.

Durante todo el proceso, el aula de música siempre está ocupada en los recreos, y muchas veces también por las tardes. Hay que ensayar, preparar las canciones, la puesta en escena, etc. Pero claro, un concierto no es sólo música. Y casi desde el principio de curso hay que ir organizando aspectos muy variados y a veces complejos para nosotros, simples profesores de música. Afortunadamente son muchas las personas que colaboran para que este concierto salga adelante, y que siempre son miembros de nuestra comunidad educativa: técnicos de sonido “aficionados”, que hacen milagros cambiando micrófonos y conexiones para números musicales totalmente dispares; atrileros, que están pendientes de que no falte una silla, un pie de micro o un atril, o de mover el piano de media cola cuando es necesario; taquilleros, que se encargan de vender las entradas (tenemos un precio simbólico que nos ayuda a sufragar los gastos de la organización); presentadores, que siempre preparan un sketch inicial a modo de Gala de los Goya; fotógrafos, etc. Son muchas las labores organizativas que requiere montar un espectáculo así: preparación del calendario de ensayos, alquiler de piano, impresión de entradas y programas de mano, diplomas para los participantes, difusión… Capítulo aparte merece la elaboración del cartel anunciador, en el que también participan los propios alumnos o los profesores con talento en las artes plásticas.

En fin, un complejo proceso que estoy resumiendo mucho, pero que sería imposible de llevar a buen término sin el apoyo de nuestro fantástico equipo directivo y de nuestros compañeros, sin la implicación de la Asociación de Madres y Padres de nuestro centro, y sin la colaboración del Ayuntamiento de Sanlúcar la Mayor.

El día del concierto todos son nervios. Nuestros intérpretes visten sus mejores galas. Es la hora de mostrar el resultado de varios meses de trabajo. Tras unas palabritas iniciales a cargo de los dos profesores del Departamento de Música, son los presentadores (alumnos o antiguos alumnos en algunos casos) los que con su sentido del humor abren el espectáculo. Y van tomando el escenario el pop, el rock, el rap, la música clásica, el flamenco, la danza española, la danza urbana, etc. Cada número, más sorprendente. Los aplausos, cada vez más fuertes. El coro abre siempre la segunda parte del concierto, con sus voces y sus instrumentistas acompañantes, siempre desatando la euforia del público. Los últimos números suelen ser los de danza o los de rock. Y la gran ovación final, cuando todos los artistas suben al escenario para el saludo final. Cada año igual de emocionante. No. Cada año más emocionante.

Este año iba a ser nuestro XV Concierto. Desde el curso 2005-06 no hemos dejado de organizarlo. Sólo la pandemia de Covid 19 ha conseguido pararnos. Suspender el concierto fue una de las cosas más tristes que hemos tenido que hacer este año. Pero aquí seguimos, y el curso que viene celebraremos el XV y el XVI, a la vez, y la música volverá a sonar con fuerza. Porque la música tiene un gran poder, que es el de unir. Une las almas de los que hacen música juntos. Une las almas de los que sienten esa música y la disfrutan. Y en estos tiempos, sentirnos unidos es lo mas importante.

VÍDEOS

XIV CONCIERTO COMPLETO, año 2019 (Primera parte)

XIV CONCIERTO COMPLETO, año 2019 (Segunda parte)