La villa de Linares obtuvo su independencia de la de Baza en el año 1568, planteándose desde el primer momento la construcción de una Casa del Concejo acorde a su situación. El lugar elegido para ello, que coincide con el de la Casa Consistorial en la actualidad, era por entonces un ensanchamiento del camino real, procedente de Jaén, a la entrada de la ciudad, que Madoz describía como “una plaza para la venta de comestibles en la que se encuentra la casa del ayuntamiento con la cárcel”, si bien la intención  de configurar allí una gran plaza regular no ha llegado a cumplirse nunca y aún hoy es un espacio que necesita conformación.

 

El edificio fue inaugurado en el año 1604 y de él no conservamos más que algunas fotos antiguas. Se trataba de una interesante muestra del renacimiento tardío, con fachada clasicista, que contaba con una portada flanqueada por columnas dóricas, situada en un extremo, entablamento corrido y balcón principal de serliana, con esculturas aprovechadas del yacimiento romano de Cástulo, cercano a la ciudad.

 

A mediados del siglo XIX el edificio “estaba en estado de ruina y mostraba escasa capacidad”, por lo que se decide su remodelación, encargándose del proyecto, que firmaría en el año 1861, el arquitecto Vicente Serrano, que hace una propuesta bastante conservadora en relación con el edificio existente. Más adelante, sin que llegase a iniciarse la obra, aborda el proyecto el arquitecto José María Cuenca, bajo cuya dirección se inician las obras en 1867, con una clara inclinación a la “reducción de la obra vieja aprovechable” y un especial interés en la envolvente del edificio, “…porque la ornamentación de la fachada indica desde lejos al objeto que se dedica aquel edificio público…”  Es, sin embargo otro arquitecto, Jorge Porrúa, quien termina la construcción en 1871 y a él se deben los elementos de mayor interés en el interior, como son los pilares de fundición del patio, que presentaban la novedad en la época de no sujetar dinteles sino arcos del mismo material, la escalera y el salón de sesiones, cuya cubierta se eleva sobre el resto “para disponer un cuerpo de relojería”. En el ínterin de este proceso, el Ayuntamiento utilizó como sede las instalaciones del convento de Santo Domingo.

 

De las numerosas reformas posteriores sufridas por el edificio, destacan la remodelación y cubrición del patio, en la posguerra, la construcción  del pórtico de entrada de mano del arquitecto municipal Bonilla y Mir, en 1962, y la anexión, en 1974,  de un edificio situado al lado de la calle posterior.

 

El edificio decimonónico es una pieza exenta de planta cuadrada, que responde a la tipología de casa-palacio, con crujía perimetral y patio central con galería, que sirve como distribuidor de las distintas estancias. La escalera, de traza imperial, se sitúa en el eje de acceso, al otro lado del patio, y el salón de Sssiones, sobre el mismo eje, en la crujía de fachada de la planta noble, coincidiendo con el balcón de autoridades, que se obtuvo al construir el pórtico de entrada. La Dirección General de Regiones Devastadas intervino en 1953 de la mano de los arquitectos Juan Ortega y Ramón Pajares Pardo, más por el deterioro que presentaba el edificio a causa de su situación de abandono, que por los destrozos de la guerra. En la intervención se cubrió el patio y se regruesaron los pilares de fundición, que perdieron así su ligereza y el equilibrio arquitectónico obtenido por Jorge Porrúa. A esta actuación siguió, en 1962, la construcción del pórtico de entrada, que vino a modificar sustancialmente el esquema de la fachada, basada en un orden de pilastras corintias y balcones, que se transforma en un plano almohadillado con vanos de medio punto en planta baja.

 

Cuando en 1974 se amplía el ayuntamiento el nuevo edificio se configura como un cuerpo de acompañamiento, con mayor interés funcional que arquitectónico, que ocupa un terreno al otro lado de la calle trasera. La comunicación entre ambos cuerpos se resuelve mediante una pieza que vuela sobre la calle y enlaza con la escalera del edificio existente.