El ayuntamiento de Baeza, también conocido como Antigua Cárcel y Casa de Corregidores constituye uno de los edificios más representativos de la arquitectura civil de Baeza y un baluarte del plateresco andaluz.

El edificio, atribuido al círculo de Antonio Vandelvira, fue en origen cárcel. Hay en 1502 una provisión de fondos de los Reyes Católicos para la nueva cárcel de Baeza y una nueva provisión de Carlos I en 1520 año que se considera como la fecha de inicio de las obras. Dicha construcción se convertirá más tarde, en el año 1867, en Ayuntamiento.

 

Del incuestionable valor histórico del edificio renacentista, se podría mencionar su calidad formal y compositiva y su inequívoco vanguardismo –fue un edificio compuesto con los más actuales cánones de la época- combinado con características propias del lugar. Destaca su composición mediante basamento, piano nobile y gran cornisa, la alternancia y proporción de los huecos, el uso de elementos de inequívoca herencia clásica como la serliana, la espectacular cornisa y las molduras, con parecido a palacios florentinos o romanos o la cuidada decoración en superficie y los bajorrelieves, propios de la arquitectura española del momento.

 

Además del interés como monumento y edificio histórico tiene diversas lecturas como obra de arquitectura in nuce, al margen de datos historicistas. Son de interés la relación del potente volumen frente a la calle o la intensa vibración de la fachada. Vibración producida por el juego de la luz y la sombra sobre las potentes molduras y su contraste con los finos relieves. La configuración ondulada y vibrante de la fachada hace que el edificio, aparentemente rígido, se convierta en un conjunto orgánico.

 

Su rehabilitación se inscribe en el Programa de Rehabilitación del Patrimonio Arquitectónico Andaluz que lleva a cabo la Consejería de Obras Públicas y Vivienda. Dentro de dicho programa se han rehabilitado ya cerca de ciento treinta ayuntamientos andaluces, hecho que ha comportado un aprendizaje sobre la forma de dar respuesta arquitectónica a las necesidades sociales que atienden las instituciones locales.

 

En este contexto, las Casas Consistoriales de Baeza comportan un caso de especial significado. Se trata de un edificio que cuenta con la declaración de Monumento Nacional para su fachada, primera crujía y escalera. La riqueza de estos elementos y su integración en un edificio que venía mostrándose insuficiente en el cometido de albergar la institución municipal, ha obligado a abordar de forma sumamente delicada una intervención arquitectónica que, por otro lado, era completamente necesaria.

 

Ha sido una labor coordinada entre administraciones, compartida con el Ayuntamiento de Baeza y con la Consejería de Cultura. También ha sido una labor de debate abierto, con el que se han enriquecido las posibilidades de intervención y se ha generado un proceso de reflexión sobre la forma de abordar la renovación de edificios históricos, que, sin duda, ha de servir como referente a la propia administración y a los profesionales de la cultura y la arquitectura.