Objeto.

La actuación ha tenido como objeto la recualificación espacial y mejora de la calidad del espacio público en un sector caracterizado por su condición de viario de acceso a la localidad. Trata de dar una oportunidad a una ciudad más habitable a través de la recuperación de espacio para la convivencia de actividades, en detrimento del espacio para la circulación de vehículos a motor. El elemento clave de la actuación ha sido el encuentro y la actividad comunicativa de los ciudadanos, con objeto de asegurar el disfrute del espacio público mejorando las relaciones sociales, incluidos los aspectos comerciales y financieros. En definitiva, la creación de un espacio público más humano, más amable.

Emplazamiento y entorno.

La actuación se sitúa en la parte baja de la población y atiende al sector comprendido por la Plaza Mártires del Pueblo, la contigua Plaza de la Mujer Trabajadora y el inicio de la Calle Real (ahora Maestro Juan Marín de Vargas), presidida por la Ermita y la Plaza de San Roque. El área afectada por la intervención asciende a un total aproximado de 5.080 m², sin embargo es necesario señalar que se actúa en episodios concretos del sector urbano descrito, con el propósito de mejorar la calidad general del entorno.

Metodología.

De modo general, el procedimiento que se ha seguido para la recualificación espacial y la mejora de la calidad de los espacios de estancia y paseo ha sido pacificar y organizar racionalmente el tráfico mediante la eliminación de obstáculos para pasear o desplazarse, reduciendo la superficie asfaltada y eliminando aparcamientos, doble fila y atascos. La racionalización y pacificación del tráfico se ha logrado favoreciendo y estimulando otros medios menos impactantes (bicicleta). Lo que implica una reducción de la entrada del número de vehículos y una limitación de la velocidad de circulación a paso de persona (las llamadas zonas 30) recuperando (pacíficamente) la calle para la vida, para la gente.

Otro aspecto importante en la metodología seguida ha sido aportar el máximo beneficio social, ambiental y urbano con la menor necesidad de recursos económicos y materiales. Para ello se ha recurrido a la elección de especies vegetales poco exigentes y a elementos constructivos y un sistema de toldos de fácil y mínimo mantenimiento.

Matices.

La actuación potencia la amabilidad del espacio mediante la introducción de una plataforma única y la peatonalización de la efervescencia comercial ya existente en el eje que representa la calle Maestro Juan Marín de Vargas, entre la Plaza de los Mártires y el Mercado.

La confluencia de la Plaza Mártires del Pueblo con la calle Maestro Juan Marín de Vargas, acceso al centro histórico desde la ronda urbana, es el inicio del importante eje -conocido popularmente como calle Real- en el que convergen actividades administrativas con locales comerciales. El intenso tráfico rodado en la zona originaba problemas de aparcamiento y doble fila, aislando a las contiguas plazuelas de la Mujer Trabajadora y San Roque. La actuación ha conseguido unificar la dispersión de espacios públicos, divididos por el continuo flujo circulatorio y por el aparcamiento descontrolado.

El traslado de las plazas de aparcamiento suprimidas en el acceso a la localidad a la banda definida por los ficus microcarpa, la reducción de la sección del viario y la construcción de una plataforma única, sumadas a la peatonalización de la calle comercial Juan Marín de Vargas, permite por primera vez comprender el rosario de plazas como un continuo urbano. Se ha creado un espacio global, más amplio y habitable, donde las áreas destinadas a caminantes se confunden con las destinadas a vehículos, evitando la sensación de direccionalidad que invita al conductor a incrementar la velocidad. El tratamiento con idéntico material de lo que fue la calzada con el resto del pavimento invita al conductor a aminorar su marcha y dejar paso.

En la Plaza Mártires del Pueblo, una plaza dura, entrada de la localidad, punto de encuentro y generadora de actividades relacionadas con el ocio, pero con graves carencias en zonas de sombra y arbolado, se ha llevado a cabo la colocación de un gran toldo durante los meses de mayor calor, que podrá ser retirado en invierno, y que constituye el umbral de acceso al centro, recordando el carácter de puerta que históricamente ha tenido esta zona. Asimismo, se ha recuperado el arbolado de gran porte que en su momento existió en la Plaza. El nuevo arbolado que se ha sumado al existente, en combinación con los entoldados que actúan como umbrales de acceso a los diferentes ámbitos, ha creado un entorno urbano óptimo para la celebración de actividades sociales.

Asimismo, la actuación matiza situaciones existentes, como la condición de podio urbano de la Plaza de la Ermita de San Roque desde el que asomarse a la Plaza Mártires del Pueblo, quedando igualmente conectada con el nivel inferior de una manera fluida mediante una serie de peldaños.

En resumen, la intervención introduce una plataforma única, redefine algunos espacios que el tráfico rodado a lo largo de los años había desfigurado hasta quedar convertidos en el residuo del viario, logra una continuidad urbana, teniendo presente en todo momento la economía de medios y la integración completa de los nuevos elementos con los existentes. En la calle Juan Marín de Vargas se ha suprimido la calzada, limitando el paso motorizado exclusivamente a vehículos de emergencia y carga-descarga. No circularán coches particulares puesto que no existen garajes particulares. El nuevo acerado ocupa todo el ancho de la calle, privilegiando los desplazamientos a pie y creando en la zona alta espacios de estancia y de sombra (tan necesaria en la localidad) mediante plantación de siete ejemplares de acacia amarilla (Gleditsia Triacanthos) y una ordenación de nuevos elementos de mobiliario urbano. No se permite el aparcamiento. Para ordenar estos espacios se utiliza en la nueva pavimentación una sencilla geometría lineal que, repetida sistemáticamente en diferentes ángulos y direcciones, actúa como patrón unificador. En definitiva, se ha actuado sobre una superficie efectiva de 2.300 m2, realizando modificaciones en los perfiles de las calles, mejora de los pavimentos, plantación de arbolado y proporción de sombra mediante la colocación de toldos.

Los trabajos que han desarrollado la actuación han tenido como resultado un gran porcentaje de elementos de carácter permanente (nivelaciones, cambios de pavimento, refuerzos de alumbrado, etc.) y otros cuyo carácter efímero permiten adaptar el nuevo espacio público a las condiciones climáticas más adversas en el municipio (toldos previstos para los meses de mayor calor) y ajustar la posición de las zonas de estancia y descanso a las necesidades reales de los habitantes (disposición final del mobiliario urbano, bancos, etc).