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Antiguo convento de Santa María de los Reyes

Rehabilitación del antiguo convento de Santa María de los Reyes

Lugar
Calle Santiago, 33
Sevilla
Coordenadas XY
(235636, 4142473)
Fecha del proyecto
2014
Fecha de inicio/fin obra
2015 / 2015
Promotores
Consejería de Fomento y Vivienda
Proyecto y dirección de obra
Arquitecto/s: UTE José Morales / Sara de Giles / Juan González / Carlos Morales
Empresa constructora
FREISSYNET
Presupuesto
Total: 1.371.518,39 €

Desarrollo

Antecedentes históricos
 
Los estudios arqueológicos de las últimas décadas confirman que en la Antigüedad, la manzana quedaba extramuros de la ciudad romana, contigua a la muralla de Híspalis, y que fue un lugar de escombreras y necrópolis.
 
La zona donde se ubica el antiguo convento de Santa María de los Reyes se urbanizó en el medievo, en época almohade (siglo XII), posiblemente al tiempo que se trazó la nueva muralla de Sevilla, que pasaba tras el edificio y aún conserva algún lienzo en la Macarena. La arqueología ha desvelado igualmente que en la parcela conventual y en las adyacentes hubo una construcción palaciega bajomedieval que podría estar relacionada con las casas que, según la tradición historiográfica, Alfonso X el Sabio concedió en el Repartimiento a Fernando Abdelmán, hijo del rey moro de Baeza. Un historiador incluso aventura que en la manzana vivieron en el siglo XIII los freires o caballeros de la orden militar de Santiago, de donde procedería la advocación de la actual parroquia del barrio.
 
En cualquier caso, la arquitectura y los documentos confirman que el parcelario actual se definió a finales del siglo XV y principios del XVI. Se sabe que en la primera mitad de este siglo XVI existían ya unas “casas principales” que pertenecieron posiblemente a un miembro de la aristrocracia judeoconversa de Sevilla y que fue el embrión del actual edificio. Estas casas principales acabaron siendo el palacio de los duques de Veragua. La heráldica conservada en tres capiteles del patio y los dos ombúes del jardín nos llevan a datarlo en torno a 1600 y a considerar que se levantó bajo el patrocinio de don Nuño Colón de Portugal, hijo de los condes de Gelves que animaron la literatura sevillana del Siglo de Oro. De tales casas palaciegas no sólo se conserva la traza, los muros, los ombúes y el patio de columnas de Génova, sino elementos decorativos como fragmentos de azulejos de arista y de yeserías góticas y renacentistas.
 
Entre 1628 y 1635 el palacio fue sede del Tribunal del Santo Oficio sevillano, ante el abandono de sus propietarios, que se trasladaron a la corte. La Inquisición quiso comprarlo, pero al final optó por arreglar el castillo de San Jorge y volver a Triana. En 1635 las dominicas descalzas del convento de Nuestra Señora de los Reyes compraron las casas a los duques de Veragua, asentándose en el solar hasta 1970.
 
El edificio fue panteón y memoria de personajes relevantes en la historia de Sevilla, como su fundadora, la venerable madre Francisca Dorotea, fallecida en 1623 en olor de santidad; el comerciante y benefactor Martín de Auñón Camacho (1649), y el almirante Manuel López Pintado (1677-1745), marqués de Torreblanca del Aljarafe y promotor del Palacio de Villapanés. Pero el personaje más peculiar vinculado al convento es el doctor Juan de Salinas (Sevilla, 1562-1645), poeta, cura, confesor de monjas y administrador del Hospital de las Bubas, quien ayudó a la fundación y administración conventual.
  
Arquitectura
 
Si en lo religioso este convento de descalzas es hijo de la Contrarreforma, de una ciudad que proclamaba dogmas y santos, en lo arquitectónico es un híbrido de las técnicas constructivas y de los estilos que llenan la Sevilla del Antiguo Régimen: el Mudéjar, el Renacimiento y el Manierismo y que coinciden con sus fases edilicias. La primera corresponde a los siglos XVI y XVII cuyo núcleo son unas «casas principales» o palacio en torno al patio; sus muros de tapial son de comienzos del XVI, y de finales deben ser las columnas de Génova. Estamos ante un patio epígono de la Sevilla renacentista, con aposentos doblados en tres lados y una logia en el de acceso al jardín. Este patio, impregnado de mudejarismo, presenta galerías de arcos de ladrillo con alfiz –de medio punto en planta baja y rebajados en la alta–, columnas de mármol y capiteles renacentistas de moñas o castañuelas, tres con la heráldica colombina. De esta época se conservan algunos restos de yeserías y azulejos.
 
En la etapa conventual, ya en el XVIII, se redujo y ajardinó con calles en crucero, soladas con ladrillos a la palma y alizares, y al centro una fuente en estrella de ocho puntas, con surtidor y azulejos de Delft. Una visión de la cosmogonía islámica y del programa de la vida contemplativa: las cuatro calles son los cuatro ríos y las ocho puntas los ocho montes del Paraíso. Las paredes del patio están llenas de hornacinas y en el XIX se añadieron las yeserías platerescas que cercan sus huecos. La iglesia vieja se localizó en lo que luego fue coro bajo, en el lado sur del claustro, aprovechando el mejor aposento del palacio, pues su artesonado mudéjar policromado de casetones con mocárabes es propio del siglo XVI. El otro estilo implantado en el convento es el sobrio manierismo de las obras realizadas en el siglo XVIII, cuando el edificio alcanzó su fisonomía actual, definida por la alta nave de la iglesia y por la portada y muro con merlones que cierran el compás.
 
La nueva iglesia, levantada sobre unas casas compradas a la colegial del Salvador, fue promovida por el cardenal Salcedo, proyectada por Diego Antonio Díaz, maestro mayor del arzobispado, y construida por el maestro Francisco Jiménez Bonilla; iniciada en 1748, se abrió al culto en 1757. Es de cajón, cubierta por bóvedas de cañón con lunetos y de arista en el falso crucero. Presenta coro alto a los pies, quizás añadido. Sus portadas son de un clasicismo primigenio. Un incendio la asoló en 1991, perdiéndose techos, suelo de damero, retablos y pinturas murales. Ha conservado el convento, desdibujado y envuelto en el abandono, su secular espacio de jardín y huerta, donde campan, junto a los ombúes, los restos de una noria.
 
Así, el edificio originalmente palaciego tuvo dos ampliaciones en su periodo conventual: la mencionada del siglo XVIII, cuando se construyó la nueva iglesia y se retrazó el claustro, y la posterior y última de principios del XIX, cuando se adosó el pabellón de nuevas celdas o noviciado, conectado al ángulo noreste del claustro.
  
Descripción de la Intervención
 
El Antiguo Convento de Santa María de los Reyes de Sevilla es un conjunto de parcelas localizadas en el centro histórico de Sevilla y propiedad de la Consejería de Fomento y Vivienda de la Junta de Andalucía donde se vienen desarrollando desde hace más de 25 años diversas actividades relacionadas con las materias de interés de esta administración (exposiciones y ciclos de conferencias, reuniones y cursos de la administración). Este conjunto se zonifica en función de su estado de conservación actual y problemática específica en tres áreas claramente diferenciadas:
  • Área rehabilitada a principios de los 90, en uso actualmente y de máximo interés patrimonial, correspondiente a la zona de la iglesia, coros (alto y bajo) y resto de dependencias de administración y servicio con acceso desde la calle Santiago a través del espacio libre del antiguo compás del convento.
  • Área igualmente de interés patrimonial pero sin uso debido a su mal estado general de conservación y falta de dotación de instalaciones (determinadas dependencias se usan exclusivamente como almacén). Esta zona corresponde con el antiguo claustro y dependencias anexas (refectorio, sala capitular, ropería, cocinas, lavaderos…).
  • Área correspondiente a las antiguas huertas. En general espacio libre con determinadas edificaciones en muy mal estado o con menor interés arquitectónico (antiguas celdas y almacenes).
Con esta intervención se ha pretendido conseguir varios objetivos en función de la zonificación expuesta en el apartado anterior y que son: la adecuación funcional y a la normativa de los inmuebles actualmente en uso, la consolidación estructural del resto del conjunto de interés patrimonial para evitar su progresivo deterioro actual y prepararlo para una futura intervención que los adecue definitivamente y, finalmente, el acondicionamiento de parte de los espacios libres del conjunto (patios del compás y del claustro) para su uso por el público en general y/o la realización de actividades de difusión vinculadas al conjunto administrativo.

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Proyecto cofinanciado por el
Fondo Europeo de Desarrollo Regional
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Documentación Gráfica

Fotografías estado inicial

Maquetas y volúmenes

Planos estado inicial

Planos estado final