Andalucía, 10 de abril de 2002

El Príncipe de Asturias elogió en Málaga la capacidad de desarrollo de la ciudad, y recordó la necesidad de, entre sus retos de futuro, incluir la atención a la inmigración y al desarrollo de "países cercanos en la distancia y lejanos en la riqueza".

Don Felipe, en el tercero de los diez días que va a dedicar a su primera visita oficial a Andalucía, se dirigió a Málaga, en donde su actividad se ha orientado a conocer el progreso de los dos ejes económicos de esta provincia, el turismo y el impulso tecnológico.

Acompañado por el presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, el Príncipe se reunió en Torremolinos con los responsables del turismo de la Costa del Sol, abordó la situación de la capital en su Ayuntamiento, y visitó el Parque Tecnológico malagueño. Conoció también Don Felipe proyectos que serán realidad en breve y marcan la orientación de futuro de la ciudad y la provincia hacia el turismo de calidad, el Museo Picasso, el Teatro Romano y el nuevo palacio de Exposiciones.

Del Patronato de Turismo de la Costa del Sol, en el que conviven en armonía empresarios y sindicatos del sector, S.A.R. escuchó una larga lista de proyectos y un resumen de sus problemas, vinculados principalmente al transporte y al saneamiento del litoral. El Príncipe, por su parte, insistió en conocer cuáles son los planes destinados a convertir esta fuente de riqueza, que ahora da servicio a 8,5 millones de turistas cada año, en un modelo de desarrollo sostenible a largo plazo.

El Príncipe recibió de los responsables del turismo la petición de su participación en una regata anual de nueva creación, cuyo trofeo lleve su nombre.

En los discursos que dirigieron a la Corporación en el Ayuntamiento de Málaga, el Príncipe coincidió con el alcalde, Francisco de la Torre, en destacar la necesidad de atender a la integración de los inmigrantes más desfavorecidos. Don Felipe, sin embargo, fue un poco mas allá en sus palabras, y recordó que hay que ofrecer "una respuesta acertada y solidaria".

El alcalde destacó que las nuevas tecnologías, la Universidad, e infraestructuras como el AVE, el nuevo puerto, la ampliación del aeropuerto, o la nueva autopista convierten a Málaga "en un auténtico motor para la economía andaluza".

El Príncipe elogió el liderazgo de Málaga en el arco Mediterráneo español, pero aplaudió sobre todo el esfuerzo inversor que se realice en investigación y desarrollo, algo muy necesario, dijo, "para que España suene fuerte en Europa y en el Mundo". A ese sonido fuerte quiere contribuir también Málaga con el Museo Picasso, que se inaugurará el 24 de octubre del año próximo, un día antes del aniversario del nacimiento del pintor, y que supondrá una importante ampliación de la oferta turística de la ciudad.

La consejera de Cultura de la Junta, Carmen Calvo, explicó a don Felipe cómo con este Museo se quiere que Pablo Picasso "vuelva a su casa", y para ello se ha contado con la imprescindible aportación de Christine y Bernard Ruiz Picasso, y se han reunido 186 piezas y obras del artista en el palacio de Buenavista.

Se calcula que los 42 millones de euros que va a costar este Museo permitirá a Málaga la captación de 300.000 nuevos visitantes, pero, además, así Picasso, que nunca renunció su nacionalidad, dejará de ser "un artista francés de origen español".

Después de almorzar con empresarios del turismo de toda Andalucía en el Jardín Botánico La Concepción, el Príncipe visitó el Parque Tecnológico de Andalucía, un centro en que trabajan 3.661 personas y que facturó el pasado año 440 millones de euros. En este parque, inaugurado por los Reyes hace diez años, don Felipe mantuvo también un encuentro de trabajo con representantes de la Administración, de la patronal, de los empresarios y de los sindicatos implicados en el funcionamiento de este puntal de la economía andaluza.

La jornada del Príncipe concluyó con la visita a las obras del futuro Palacio de Congresos y la inauguración del nuevo rectorado de la Universidad de Málaga.