La consejera ha asistido a la reunión del Observatorio Andaluz de la Violencia de Género, en la que se ha realizado un balance anual de los principales indicadores de este problema social, que en 2016 ha acabado con la vida de tres mujeres en Andalucía y un menor, la menor cifra desde que existen estadísticas. Un dato que, sin embargo, “nunca será indicativo mientras siga reproduciéndose el machismo y la desigualdad en los roles, en los modelos de amor, de familia y en toda la estructura social, ya que todo ello será soporte psicológico para los agresores que crean en la superioridad del hombre”.
Sánchez Rubio ha recordado que la violencia física en el ámbito de la pareja es sólo “la punta del iceberg” de una lacra mundial que cada día vulnera los derechos fundamentales de las mujeres a través de múltiples formas de violencia, desde la psicológica hasta los abusos sexuales.
En este sentido, la consejera ha señalado la especial dificultad para detectar la violencia psicológica, ya que “en una relación de dominación-sumisión se suben peldaños en la escalera cíclica de la violencia (control, chantaje, desvalorizaciones,....) que minan la autoestima y la capacidad de reacción de la víctima”. Por ello, Sánchez Rubio ha destacado la importancia de recursos como la atención psicológica gratuita del IAM, que facilita la recuperación psicosocial desde fases tempranas de la violencia de género, y ha animado a todas las víctimas a “pedir ayuda, sin miedo, porque siempre hay una salida”(Teléfono de Información a la Mujer: 900 200 999).
Atención psicológica
Según el balance anual, el Servicio de Atención Psicológica Grupal a Mujeres Víctimas de Violencia de Género del IAM ha atendido en 2016 a 1.434 mujeres. La atención psicológica, desarrollada por el IAM a través de sus centros provinciales y municipales con la colaboración de los colegios oficiales de psicología y Agise, tiene como objetivo ofrecer una intervención psicológica gratuita a la víctima, así como mejorar su calidad de vida ofreciéndole herramientas para reconstruir su autoestima. Para ello, el servicio consta de dos fases: una inicial, de atención individualizada, y una segunda de atención grupal, a través de talleres terapéuticos de reflexión y autonomía personal.
Respecto a los y las menores, el Servicio de Atención Psicológica a Hijas e Hijos de Mujeres Víctimas de Violencia de Género ha atendido el pasado año a 655, 315 niñas y 340 niños. Se trata de un programa que el IAM presta desde 2009 con el objetivo de mejorar el bienestar psicosocial y atender las necesidades socioeducativas de los hijos e hijas, de entre 6 y 17 años, de las mujeres que sufren o han sufrido violencia por parte de su pareja o ex pareja, y que son también víctimas directas del maltrato machista.
El programa, ha llegado en 2016 a 241 menores víctimas en zonas rurales y a 414 en los centros provinciales -ubicados en las capitales andaluzas-. Por provincias, en Sevilla se han atendido a 133 menores, seguida de Málaga (110); Córdoba (83); Almería y Jaén (79); Cádiz (61); Huelva (59) y Granada(51).
Finalmente, el Programa de Atención Psicológica a las Mujeres Menores de Edad Víctimas de Violencia de Género ha atendido durante el pasado año a un total de 125 adolescentes, cifra similar al año anterior (129), así como a 275 familiares. El programa presta terapia psicológica gratuita y especializada a víctimas de entre 14 y 18 años, y proporciona información y orientación a las madres, padres o tutores de dichas mujeres para minimizar al máximo las consecuencias de la violencia y prevenir nuevas relaciones de pareja no igualitarias. El 32,8% de las víctimas atendidas tenía 16 años, el 32% tenía 17 años, un 23,2% era de 15 años, un 8,8% tenía 14 años y un 3,2% tenía entre 12 y 13.
Por provincias, el servicio ha atendido a 33 adolescentes en Sevilla; 18 en Córdoba; 13 en Jaén, Huelva y Málaga respectivamente; 12 en Almería y Cádiz y 11 en Granada.
Junto a esta atención, el programa desarrolla diversas jornadas de formación para profesionales del sector sanitario, educativo y de trabajo social para la detección temprana de maltrato en jóvenes, llegando en 2016 a un millar de personas.