INDICADORES DE GÉNERO


Indicadores de Género y políticas públicas

Los Indicadores de género y su aplicación: ¿cómo utilizarlos?

Principales problemas...
  1. El “descubrimiento” de la existencia de desigualdades de género exige una intencionalidad específica. Tres importantes obstáculos limitan nuestra capacidad de percibir desigualdades de género:
    • El androcentrismo: es un mecanismo ideológico que convierte los valores y las pautas de conducta masculinas en el prototipo (o “patrón”) del ser humano. Bajo una apariencia de “universalidad” se invisibilizan o infra-valoran las aportaciones y la realidad de las mujeres.
    • La “falacia de la neutralidad”: es una tendencia a no ver los efectos diferenciales que tienen nuestras actuaciones sobre mujeres y sobre hombres. Estas diferencias son resultado del diferente punto de partida en que se encuentran (como efecto del rol que socialmente se les asigna a unas y a otros).
    • El “espejismo de la igualdad” (explicado anteriormente)
  2. Las metodologías y fuentes tradicionales de información son insuficientes, y la información que necesitamos no siempre está disponible. En ocasiones, carecemos de la información de base para la construcción de indicadores de género, porque:
    • Tenemos datos, pero no están desagregados por sexo, o lo están a un nivel muy básico que no nos permite “cruzar” la variable con sexo con otras variables necesarias para el análisis.
    • Las fuentes tradicionales no nos sirven para dar cuenta de aspectos de la realidad que son importantes para el análisis desde la perspectiva de género (acordaros del ejemplo que poníamos con respecto a la contribución de las mujeres al desarrollo económico de una sociedad)
  3. Se tienen los datos pero no conocimiento suficiente para interpretarlos.
    • La interpretación ha de realizarse tomando como modelo la perspectiva de género (esto es, relacionando la situación y posición de hombres y mujeres que nos muestran los datos con los roles de género) . Ello exige tener formación específica y herramientas concretas sobre cómo hacerlo.
  4. La distancia entre las producción de indicadores de género y su USO.
    • En muchos de los ámbitos en los que se desarrollan las políticas públicas, disponemos ya de sistemas muy completos de indicadores de género; no obstante, es frecuente que quienes diseñan, ejecutan o evalúan dichas políticas no los consideren como elementos fundamentales de los procesos de planificación.
...y algunas soluciones

  1. DISPONER de la información necesaria, cuidando que esté libre de sesgos de género:
    • Velando por que se cumpla la legislación existente en esta materia, esto es: incluyendo sistemáticamente la variable sexo en las estadísticas, encuestas y formularios de recogida de datos, incorporando indicadores que den cuenta de las diferencias en los valores, roles, situaciones, condiciones, aspiraciones y necesidades de mujeres y hombres, y promoviendo la realización de estudios e investigaciones que visibilicen las principales situaciones de desigualdad por razón de sexo y nos permitan aproximarnos a las causas que las producen.
  2. INTERPRETAR la información disponible de forma adecuada: usando la perspectiva de género como modelo de análisis de la información disponible. Ello implicaría, al menos:
    • quitarnos las gafas de la neutralidad” y ver la realidad tal como es: compuesta por mujeres y hombres con condicionantes, necesidades e intereses diferenciales.
    • interpretar la información huyendo de los principales sesgos mencionados; el androcentrismo, la falacia de la neutralidad y el espejismo de la igualdad …
  3. USAR la información para planificar/evaluar.
    • generar procedimientos sistemáticos (por ejemplo, protocolos) que pauten la manera de integrar la información que nos ofrecen los indicadores de género en la planificación de todas las políticas públicas.