La identificación de los animales surgió inicialmente como una necesidad de justificar la propiedad de los mismos. Los animales de compañía han sido identificados de distintas formas y por distintos motivos:
Para Control Sanitario. Mediante: cartillas sanitarias (reseña y chapa).
Para Control Censal. Mediante: chapas, medallas.
Para Control Genealógico. Pedigrees. Inclusión en libros de razas caninas.
Mediante Tatuajes, nasogramas...
En este contexto, surge un nuevo concepto de identificación animal, en el que lo importante es que cada animal sea identificado individualmente y de forma fiable y permanente. Para que esto sea así deben darse dos requisitos básicos:
Método de identificación
Base de datos
El buen funcionamiento y coordinación entre ambos, garantizan una correcta identificación. Para que un animal de compañía pueda ser identificado de una forma definitiva, los requisitos que debe reunir el método de identificación utilizado son los siguientes:
Aplicación sencilla, rápida e indeleble
Inviolable, fiable, estandarizado y duradero
Actualmente, existe solo un método que reúna las condiciones exigidas: el 'microchip' subcutáneo.
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