El monóxido de carbono es un gas altamente venenoso para las personas que al ser respirado en altas concentraciones puede llegar a causar incluso la muerte. Además al tratarse de un gas sin olor ni color, resulta muy difícil detectar su presencia, es por ello que se le suele denominar como asesino silencioso.
Cuando hablamos de monóxido de carbono, siempre hemos de pensar en una combustión como agente causal, entendiendo por combustión cuando algo se quema, bien sean sólidos, líquidos o gases.
Cuando hay una buena combustión, es decir cuando hay oxigeno suficiente, no deben existir otros problemas. Lo preocupante es cuando falta oxigeno y se produce mala combustión como sucede en los braseros de cisco que son los causantes de muchos de estos accidentes, pues la combustión incompleta genera monóxido de carbono.
La mayor parte de estas intoxicaciones suelen producirse por el uso de los braseros de cisco como antes apuntaba y respecto al gas, indicar que si se siguen las medidas de seguridad, no tienen porque presentarse los accidentes.
En términos generales, debemos sospechar su existencia, sobretodo en ambientes donde hay una fuente de combustión sin ventilación suficiente. Desconfiemos de los llamados ambientes viciados.
En quemadores de cocinas, estufas y calefactores a gas en general, debemos sospechar su producción cuando la llama pasa de ser azulada, que es sinónimo de buena combustión; a color amarillo - anaranjado.
También debemos sospecharlo por un tiznado excesivo de los cazos de cocina, conductos de evacuación o en su salida al exterior.
Este gas ingresa al organismo a través de los pulmones y desde allí, captado por la hemoglobina de la sangre y ocupando el lugar que le correspondería al oxígeno, llega a todos los órganos y tejidos de nuestro organismo.
Asimismo, señalar que la afinidad de la hemoglobina por este gas es muy superior a la del oxigeno, por lo que en presencia de este, siempre va a llegar a los tejidos monóxido de carbono en vez del oxigeno necesario.
Son especialmente vulnerables los enfermos cardíacos y pulmonares, bebés, niños pequeños, mujeres embarazadas y personas de edad avanzada.
Los síntomas de intoxicación pueden ser debilidad, cansancio y tendencia al sueño, mareos, dolor de cabeza, náuseas, vómitos, etc.), hasta llegar a causar la muerte en algunas ocasiones, máxime si nos encontramos durmiendo.
Recurra siempre a personal técnico cualificado pata la instalación de todos los equipos a gas.
Haga revisar anualmente sus instalaciones de gas y electricidad, asi como chimeneas y tiros de evacuación de gases en general.
Asegure siempre una correcta ventilación y renovación de aire en los locales donde hay cualquier tipo de combustión. La evacuación de gases siempre se hará a espacios abiertos.
Cualquier conducto que esté obstruido (en nidos de pájaros y panales), abollado o desconectado, puede hacer que el monóxido de carbono llegue al interior de la vivienda.
No queme carbón en el interior de la vivienda (Ni siquiera en chimeneas).
Evite utilizar calefacción con llamas o brasa como braseros de cisco mientras duerme.
Extreme precauciones para evitar prendido de las faldas de camilla.
Utilice preferiblemente calefacción a base de radiadores o estufas sin combustión, es decir sin llamas.
No caliente el motor del vehículo ni lo deje funcionado en lugares cerrados o mal ventilados. Cierre puestas y ventanas de comunicación con el resto de la casa.
Si va a socorrer a la víctima, asegúrese primero que no existen riesgos para su salud.
Posteriormente, cierre la llave de paso del gas y ventile la habitación abriendo puertas y ventanas.
Saque al accidentado al exterior para que respire aire fresco y llame inmediatamente a 112 para que le envíen las ayudas necesarias.
Si el afectado está consciente, acuéstelo en posición de costado (posición lateral de seguridad), mientras espera la llegada de la ambulancia.