Informe de Medio Ambiente en Andalucía (iMA)

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Las pérdidas de suelo obtenidas se expresan en toneladas métricas de suelo removido por hectárea y año, resultado que es transformado en un indicador cualitativo más fácil de interpretar y de ser utilizado en el análisis de su evolución, especialmente si se tiene en cuenta que para que los resultados tuvieran una plena expresión cuantitativa sería necesario un ajuste previo a nuestras condiciones climáticas y ambientales, proceso que nunca se ha llevado a cabo por su especial complejidad. El análisis de la capacidad erosiva de la lluvia, el factor más variable, tanto espacial como temporalmente, se lleva a cabo utilizando los registros pluviométricos procedentes de distintas redes gestionadas por la Agencia Estatal de Meteorología, Confederaciones Hidrográficas, y por la propia Consejería con competencias en materia de medio ambiente, integradas en el subsistema CLIMA de la Rediam. De las 2.200 estaciones que conforman estas redes, tan solo unas 300 son automáticas y proporcionan datos en tiempo real, mientras que el resto son estaciones manuales, lo que retrasa la recogida y procesado de datos hasta el tercer trimestre del año siguiente. Debido a este motivo, los datos de erosividad de la lluvia y pérdida de suelo se ofrecen referidos al año 2020, para el que se dispone de la totalidad de las mediciones de las estaciones meteorológicas. No obstante, el empleo de los datos procedentes de la red de estaciones automáticas, junto a un limitado número de estaciones manuales tempranamente disponibles, permite realizar un adelanto provisional del cálculo del factor más importante de los relacionados con la erosión, la capacidad erosiva de la lluvia, lo que ofrece un avance suficientemente contrastado de la situación de 2021, cuyo análisis también se incluye en este epígrafe. Considerando del riesgo de obviar eventos climatológicos localizados, con posterioridad y cuando estén todos los datos meteorológicos disponibles, se procederá a volver a calcular la erosividad de la lluvia y a compararla con los datos anteriormente obtenidos, recalculando las pérdidas de suelos para integrar en el sistema las definitivas. Si se observara alguna variación importante y significativa se procedería a incluirla en este mismo documento como elemento difusor del estado del medio ambiente. Esta decisión se ha tomado tras el análisis de los datos del año 2020. Como ensayo piloto, en 2021 se calcularon las pérdidas de suelo utilizando los limitados datos disponibles en ese momento referentes a 2020. En 2022 y ya con todos los datos de 2020, se han vuelto a calcular el factor erosividad de la lluvia y las pérdidas de suelo. El análisis de la comparación de los resultados obtenidos permite sacar ciertas conclusiones que avalan el adelanto provisional del cálculo de las pérdidas de suelo para su difusión con carácter generalista: a pesar de que se aprecia una variación significativa de la erosividad a nivel local en algunas zonas (especialmente en la mitad sur de la provincia de Málaga), cuando se trabaja con los datos a escala provincial o regional, estas diferencias locales se difuminan en gran medida. Igualmente, cuando estos datos de erosividad entran en el cálculo de las pérdidas de suelo, donde intervienen varios factores más, los resultados obtenidos utilizando el avance de erosividad o la definitiva presentan diferencias poco significativas, ya que el ajuste realizado, al mejorar la descripción de eventos locales, se diluye al referirlos al contexto regional. Incluso referenciados al contexto provincial, la diferencia es muy pequeña hasta en las provincias con eventos locales no registrados en los datos anticipados, como en Málaga. No se considera que los datos provisionales puedan ser utilizados fuera de este ámbito divulgador, esperando a tener los datos definitivos para generar las estadísticas oficiales a niveles municipales, provinciales y regionales que se conservarán en los registros oficiales. Bajo esta perspectiva, en este Informe de Medio Ambiente se analiza la evolución de las pérdidas de suelo en el 2020, como correspondería normalmente, pero también considerando su evolución en el 2021, a partir de los datos avanzados, para continuar en los próximos informes incluyendo la información avanzada y solo haciendo referencia a los datos definitivos si presentan diferencias apreciables y significativas respecto al avanzado.

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