Guía de Identificación de Hábitats de Interés Comunitario en Andalucía

243 ponibles entre las rocas. La movilidad de estos depósitos rocosos, que pueden ocultar un sue- lo más desarrollado, limita la accesibilidad de las plantas al sustrato. Estas condiciones pro- vocan la adopción de mecanismos adaptativos como tallos flexibles, órganos subterráneos, facilidad de rebrote, etc. Por otra parte, en las manifestaciones ubicadas en áreas elevadas, la presencia de nieve durante una buena parte del año reduce, significativamente, el periodo de actividad vegetal. Dentro de los tipos lito- lógicos referidos se producen variaciones en función de factores climáticos, topográficos, biogeográficos, etc., que explican el alto nú- mero de comunidades vegetales descritas. És- tas, aunque con pocas especies en cada loca- lidad, son diferentes en las distintas unidades Entre las plantas más frecuentes figuran especies de los géneros Linaria, Arenaria, Crepis, Iberis, Viola, Biscutella, Eryngium, Digitalis, Scrophularia, Reseda, Rumex, Senecio, Phagnalon, Coincya, Centaurea y Saxifraga, y helechos de los géneros Dryopteris, Polysti- chum, Cryptogramma o Cystopteris. 44008 42163 42928 42959 42964 42965 42966 30093 42969 106955 44013 44014 44018 44019 104508 106953 42968 Echuium albicans biogeográficas o sistemas montañosos, por lo que la diversidad florística del hábitat en su conjunto es muy elevada. Con frecuencia, los acúmulos de rocas aparecen junto a roquedos y, es habitual, por tanto, la presencia de espe- cies rupícolas comunes a los HIC 8210 o 8220, en los derrubios más estables. En estos entornos, cuando los procesos geo- morfológicos que los originan siguen activos, la colonización por otras comunidades vege- tales es bastante difícil. Las zonas más esta- bilizadas, comúnmente los márgenes, pueden ser ocupadas por la vegetación madura o serial adyacente, propia del entorno. El aislamiento de estos medios, las condiciones ambientales restrictivas, su grado de fragmentación y la distancia geográfica entre las distintas pobla- ciones de sus especies dan lugar a un elevado nivel de endemicidad. Algunas comunidades albergan especies amenazadas, muchas de ellas raras o endémicas, de áreas muy redu- cidas, como Viola crassiuscula (Sierra Nevada) o Papaver lapeyrousianum (Pirineos y Sierra Nevada). Canchales y pedreras actúan como corta- fuegos naturales y como áreas de refugio de ejemplares arbóreos y arbustivos que, tras los incendios, posibilitan la regeneración natural de los entornos quemados. Echuium albicans

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