Guía de Identificación de Hábitats de Interés Comunitario en Andalucía

93 Los hábitats pertenecientes a este grupo están asociados al agua dulce, indispensable para la superviviencia de los diferentes ecosiste- mas. Adquieren gran relevancia en Andalucía, donde los periodos de sequía son frecuentes y donde, al igual que en la mayor parte del planeta, están sometidos a una fuerte presión antrópica (sobreexplotación y contaminación). Su conservación y mantenimiento es funda- mental, puesto que de ello depende la preser- vación de toda la biodiversidad asociada. La vegetación ligada al medio acuático está adaptada a las particularidades de este am- biente muy diferente al medio terrestre (dis- ponibilidad de gases y nutrientes, sustrato, etc.). En el agua, la obtención del oxígeno y el dióxido de carbono disueltos requiere de una serie de adaptaciones: sistemas fotosintéticos especiales, cubiertas foliares delgadas, hojas finamente divididas, morfologías flexibles para soportar el efecto mecánico del agua en movimiento, etc. Los nutrientes se obtienen a través de un sistema radicular o directamente a través de hojas y tallos. Los HIC ligados a los sistemas de agua dulce sustentan importantes redes tróficas, son re- servorios de biodiversidad, fuentes de produc- ción de bienes materiales, etc. Cuentan con un elevado valor cultural, científico y paisajístico, posibilitando un uso recreativo (turismo, pes- ca y otras actividades como piragüismo, etc.) y educativo. Además favorecen la recarga de acuíferos, la retención y exportación de sedi- mentos y nutrientes, la depuración del agua y pueden amortiguar el efecto del cambio climá- tico y contribuir a evitar inundaciones. Los hábitats acuáticos continentales se di- viden en dos subgrupos principales debido a sus diferentes características ecológicas. El subgrupo 31 Aguas estancadas, corresponde a lagos, lagunas, estanques temporales, etc. (aguas leníticas o lénticas), y el subgrupo 32 Aguas corrientes. Tramos de cursos de aguas con dinámica natural o seminatural, que abar- ca los ríos, arroyos, riachuelos, etc. (aguas lóticas). Hay que señalar que la adscripción de deter- minados ecosistemas (es el caso de los reman- sos, pozas, etc., presentes en ríos y diversos cursos de agua) a uno u otro de los subgrupos genera cierta controversia y bastantes discre- pancias entre los distintos autores. En esta guía se ha optado por “mantener la dicotomia asociada a esta clasificación” y, por tanto, los hábitats de aguas estancadas pertenecerán al subgrupo 31, y los remansos, aguas semies- tancadas en determinados tramos de ríos, etc., localizados en aguas corrientes pertene- cerán al 32, aunque estos últimos en un deter- minado momento se acerquen más a aguas lénticas. En este sentido es muy importante resaltar que las mismas comunidades vege- tales pueden ser características de hábitats pertenecientes a uno u otro subgrupo y, por tanto, no bastará la identificación de una co- munidad concreta para asignar el hábitat a un determinado HIC, sino que habrá que analizar, además, las características ecológicas del sis- tema acuático. Por ejemplo, una comunidad concreta ubicada en una laguna, puede apa- recer también en un río (en un remanso). En este caso, será la localización la que precise el HIC específico. Igualmente ocurre con co-

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