Cerceta Pardilla (Marmaronetta angustirostris)
La Cerceta pardilla (Marmaronetta angustirostris) es una especie parcialmente migratoria, que se observa casi siempre durante los períodos estivales.
El programa de actuaciones se inició en 2002 por la Consejería y estableció actuaciones sobre la especie y sobre su hábitat con el objetivo final de incrementar las poblaciones asegurando su viabilidad a medio plazo.
Actualmente, está especie está incluida dentro del Plan de recuperación y Conservación de aves de humedales aprobado en el Acuerdo de Consejo de Gobierno el 13 de marzo de 2012.
Distribución de las áreas de cría y de invernada
Su población mundial se encuentra repartida en tres núcleos principales: el del Mediterráneo Occidental-África Tropical, el del Mediterráneo Oriental y el de Asia Suroccidental. El núcleo del Mediterráneo Occidental-África Tropical, con unas 3.000-5.000 aves, incluye a España como único país europeo en la distribución de la cerceta pardilla que, junto con Marruecos, Argelia y Túnez, alberga gran parte de la población del Mediterráneo Occidental.
Andalucía, y más concretamente las marismas del Guadalquivir, junto con el Levante, son las zonas más importantes para la cerceta pardilla en Europa, existiendo entre los dos núcleos movimientos dispersivos de individuos en ambos sentidos.
A lo largo de las últimas décadas se ha descrito un fuerte declive para la especie, que está lejos de alcanzar su Población Favorable de Referencia, a pesar del programa de cría en cautividad que ha permitido la liberación de 630 ejemplares desde el año 1992, por lo que su situación aparece crítica.
Se encuentra recogida como especie «en peligro de extinción» en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas (Real Decreto 139/2011, de 4 de febrero) y en el Catálogo Andaluz de Especies Amenazadas (Decreto 23/2012, de 14 de febrero).
La amenaza más crítica para la cerceta pardilla en Andalucía es la pérdida y degradación del hábitat. Esta especie usa poco los humedales artificiales y permanentes. La intensificación agrícola con cultivos que se extiende hasta el borde mismo de la cubeta lagunar, el uso de productos contaminantes y la carga ganadera, son otros de los factores que impactan negativamente sobre la calidad del hábitat.
En las marismas del Guadalquivir, el éxito reproductor de la especie está limitado por varios factores: la actividad de pesca furtiva que provocan molestias por tránsito en zonas de cría, posibles expolios de nidos, capturas accidentales en las nasas de pesca y la posible competencia con especies introducidas debido a su impacto sobre la vegetación acuática, como la carpa o el cangrejo rojo.
La regresión sufrida por la población de cerceta pardilla a nivel mundial, afectó de igual manera a la población andaluza que, a lo largo del siglo pasado y aún hoy en la actualidad, viene sufriendo un prolongado declive debido fundamentalmente a la pérdida y a la degradación de su hábitat.
De esta manera, la cerceta pardilla ha pasado de ser la anátida nidificante más común en las marismas del Guadalquivir, con varios miles de parejas reproductoras a finales del siglo XIX, a casi su desaparición como reproductora en este entorno a mediados de los años 90, tras un prolongado período de sequía.
Desde entonces se han producido amplias variaciones anuales en el número de efectivos reproductores, que podrían estar relacionadas con la alternancia de los ciclos de sequía y probablemente con las condiciones de sus hábitats de cría en el norte de África.
El éxito reproductor de la cerceta pardilla en la región está muy por debajo de lo esperado y el acortamiento del ciclo hidrológico parece ser la causa principal. Sus áreas tradicionales de cría presentan unos regímenes hídricos mucho más limitados y en el periodo reproductor de la especie, durante los meses de mayo a julio, el agua está prácticamente ausente.
Esto ha determinado que los hábitats utilizados habitualmente para criar estén siendo sustituidos por humedales transformados, cuya gestión hídrica permite la presencia permanente de agua. Se trata de los sistemas húmedos de Veta la Palma (Parque Natural de Doñana) y el Codo de la Esparraguera (Cádiz) gracias a los cuales, y a pesar de su elevada humanización, la población de cerceta pardilla se viene manteniendo en Andalucía.
Los censos de invernada y reproducción de la especie quedan recogidos en los informes regionales generados en el Programa de Seguimiento de aves acuáticas amenazadas
Para incrementar la población reproductora en hábitats naturales se inició en 2002 el Programa de Conservación de la Cerceta Pardilla en Andalucía, con tres objetivos claramente definidos:
- Conseguir un tamaño de población reproductora adecuado y viable a medio plazo.
- Recuperar y gestionar hábitats idóneos para asegurar el 80% de la actividad reproductora de la especie.
- Disminuir la mortalidad no natural de ejemplares de la especie.
Para la consecución de estos objetivos se emprendieron las siguientes actuaciones:
- Censos anuales en todo el ámbito territorial donde puede localizarse la especie en Andalucía.
- Revisión de las artes de pesca para conocer la incidencia de estas técnicas sobre la Cerceta Pardilla.
- Conocer el grado de contaminación por plomo que afecta a las poblaciones de esta especie.
- Identificación de las causas de predación sobre puestas e individuos.
- Designación como Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPAs): Parque Natural de Doñana Paraje Natural del Brazo del Este, Reservas Naturales de Lebrija-Las Cabezas y Reserva Natural de la laguna Ratosa.
- Identificación de los principales impactos y amenazas.
- Redacción de un proyecto de adecuación del hábitat de reproducción de la cerceta pardilla en el Parque Nacional de Doñana.
- Creación de una Reserva Concertada en la finca piscícola de “El Codo de la Esparraguera” (Cádiz).
- Divulgación del Programa de Conservación de la Cerceta Pardilla en Andalucía.