Programa de Conservación de anfibios y reptiles

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Macho de sapo partero bético portando puesta

El declive de las poblaciones de anfibios es un hecho confirmado a escala global de manera que actualmente están considerados como el grupo de vertebrados más amenazado del planeta. Las principales causas que se han propuesto para explicar este declive son, entre otras, la destrucción y/o transformación de los hábitats, la introducción de especies alóctonas, los atropellos o la irrupción de enfermedades emergentes como la quitridiomicosis, que puede provocar la desaparición de poblaciones en pocos meses aún manteniendo el medio inalterado.

En este escenario, la por entonces Consejería de Medio Ambiente de Andalucía puso en marcha en el año 2009 el Programa de Actuaciones para la Conservación de Anfibios Amenazados, cofinanciado por la Unión Europea.

Ampliar imagen. Plano corto de un ejemplar de Salamandra Penibética sobre vegetación.

Individuo de Salamandra Penibética

Andalucía alberga en su territorio a 16 de las 30 especies de anfibios que han sido descritas en España. Además, algunos de los endemismos ibéricos presentan una distribución básicamente andaluza, como es el caso del sapo partero bético (Alytes dickhilleni), el sapillo moteado ibérico (Pelodytes ibericus) o la salamandra penibética (Salamandra salamandra sub. longirostris), cuyo área de distribución está restringida únicamente a algunas sierras malagueñas y gaditanas. Otros, como el tritón pigmeo (Triturus pygameus) o el sapillo pintojo meridional (Discoglossus jeanneae), aún teniendo una distribución más amplia, se estima que cuentan en Andalucía con el 55% y el 75% de sus poblaciones respectivamente.

En cuanto al estado de conservación de las diferentes especies, es diferente de unas provincias a otras, existiendo un claro gradiente entre la zona occidental, más lluviosa, y la zona oriental, más seca. Así, existen provincias como Huelva, que en lineas generales, mantienen poblaciones de anfibios abundantes y bien conectadas y otras como Granada y sobre todo Almería, donde especies como el sapo partero bético, incluido como Vulnerables en el Catálogo Español y Andaluz de Especies Amenazadas, presentan actualmente poblaciones pequeñas, muchas de ellas muy fragmentadas.

Por lo general, la mayoría de las especies de anfibios en Andalucía utiliza para reproducirse pequeños humedales de carácter temporal. Estos hábitats son especialmente frágiles y muy vulnerables al deterioro de modo que su progresiva desaparición está provocando el aislamiento de muchas poblaciones de anfibios, un problema de conservación añadido por la consecuente pérdida de diversidad genética y el riesgo de desaparición de estas poblaciones por procesos estocásticos.
Por otra parte, algunas especies, como el sapo partero bético, con una fase larvaria que requiere de un hidroperíodo más largo, presentan poblaciones muy dependientes de fuentes, albercas y abrevaderos. Estos medios, por un lado, presentan un manejo intensivo por el hombre que suele interferir negativamente en el éxito de la reproducción y por otro lado, muchos de ellos se están perdiendo o deteriorando por abandono.
Entre las principales amenazas existentes y sus afecciones se pueden destacar:

  • Transformación de usos: Desecación o destrucción de microhumedales.
  • Presión Ganadera: Perdida de la orla vegetativa, contaminación del agua y aumento de la turbidez.
  • Introducción de especies exóticas: Depredación de puestas y larvas y eliminación de vegetación acuática.
  • Uso/Manejo inadecuado infraestructuras: Muerte de larvas por limpieza de vegetación o vaciado del punto de agua.
  • Estructuras trampa: Ahogamientos, muerte por inanición.
  • Enfermedades emergentes: Muerte masiva de metamórficos y adultos. Extinción local.
  • Aislamiento de poblaciones: Pérdida de diversidad genética. Riesgo de desaparición por procesos estocásticos.
Programa de Conservación de anfibios y reptiles

Charca temporal Parque Natural de Los Alcornocales

En función de la especie/s diana/s que se trate, la problemática existente y los objetivos planteados, son diversas las actuaciones que pueden ejecutarse para mejorar el estado de conservación de las poblaciones de anfibios.

En el marco del Programa de Actuaciones de Conservación de Anfibios, entre los años 2009 y 2012, se han llevado a cabo diferentes actuaciones de conservación en 67 localidades repartidas por la práctica totalidad de Andalucía. Toda la información se encuentra en las Memorias:

Si bien estas medidas de conservación favorecen a todas las especies de anfibios presentes en la zona objeto de actuación, han sido tres las especies prioritarias a las que han sido dirigidas: la salamandra penibética, el tritón pigmeo y principalmente, el sapo partero bético, un endemismo del sureste ibérico que se estima cuenta en Andalucía con algo más del 80% del total de sus poblaciones y está incluido en el Catálogo Español y Andaluz de Especies Amenazadas como especie Vulnerable.

Aunque muchas de estas actuaciones se han realizado en terrenos de titularidad pública, han sido varias también las realizadas en terrenos privados. Para ello, se han firmado una serie de convenios con particulares en los que se exponen una serie de compromisos por ambas partes, siendo las del particular las de respetar las actuaciones realizadas y los lugares de reproducción

Con la creación de charcas se pretende generar un nuevo habitat acuático de carácter temporal que podrá ser colonizado tanto por anfibios como por otras especies de invertebrados y vegetación acuática. El éxito de estos nuevos medios acuáticos para las poblaciones de anfibios depende de las características del nuevo habitat y de la distancia a otras charcas existentes. El diseño más efectivo debe basarse en la conexión de charcas naturales conservadas y las de nueva creación con la finalidad de que se instaure un sistema metapoblacional (conjunto de poblaciones entre las que se establece una conexión a través del intercambio de individuos en migración) más complejo y estable.
En el caso de charcas preexistentes y que se han visto afectadas por la colmatación, se pueden profundizar de manera que puedan recuperar su hidroperiodo natural, permitiendo de este modo que las larvas de anfibios puedan completar su ciclo biológico y finalizar la metamorfosis.

Algunas especies con desarrollo larvario largo, como es el caso del sapo partero bético, necesitan lugares con presencia de agua a lo largo de todo el año. La transformación de los ambientes naturales ha hecho que en muchos casos sus lugares de reproducción hayan quedado restringidos a abrevaderos, albercas y oras estructura humanas derivadas del uso del agua.
La instalación de abrevaderos en determinadas zonas sirve para aumentar el número de lugares de reproducción de estas especies y, con ello, aumentar el tamaño de sus poblaciones.
Por otro lado, los abrevaderos también se han pensado para compensar el perjuicio que supone a los ganaderos el cerramiento de charcas en las que habitualmente bebe el ganado.

La disminución de la cabaña ganadera y el abandono de la agricultura de montaña ha tenido como consecuencia que muchos abrevaderos y albercas se hayan deteriorado por falta de mantenimiento, perdiendo su funcionalidad. Esto ha repercutido en la disminución en las poblaciones de algunas especies de anfibios, sobre todo del sapo partero bético, pues en algunos lugares de Andalucía este tipo de enclaves constituyen el único tipo de recurso acuático. Su restauración se presenta como un recurso esencial para el manteamiento de las poblaciones de anfibios, así como otros elementos de interés de flora y fauna.

Multitud de puntos de agua presentan paredes o taludes excesivamente pronunciados que impiden el acceso y/o la salida a estos por parte de los anfibios.
En algunos casos estos lugares no son utilizados por los anfibios porque no pueden acceder, perdiéndose este como punto de reproducción para siempre, sin embargo, lo habitual es que los anfibios accedan a ellos para reproducirse, pero no puedan salir.
Por esta causa cada año mueran miles de adultos y juveniles recién metamorfoseados, convirtiéndose en auténticos puntos negros, tanto para ellos como para multitud de vertebrados. Este es un fenómeno que se ha incrementado en los últimos años por el uso de nuevos materiales (plástico) en balsas ganaderas frente a tradicionales (piedra y cemento).

El objetivo de la instalación de cerramientos es preservar los puntos de agua en los que los anfibios se reproducen así como el medio terrestre que las rodea y donde lo anfibios se alimentan y crecen, para asegurar la conservación de sus poblaciones. Hay que tener en cuenta que siempre que se cierre un punto de agua para el ganado ya existente, hay que asegurar una alternativa para que éste pueda seguir bebiendo, siendo lo ideal la instalación de abrevaderos.

Después de la degradación de los hábitats, se considera que la introducción de especies exóticas es la segunda causa de pérdida de biodiversidad en el planeta. La fauna exótica introducida en algunos puntos de agua, suponen un grave peligro para la biodiversidad acuática en general y los anfibios en particular, pues se alimentan de sus huevos y larvas, además de provocar modificaciones ecológicas
A modo de ejemplo, se ha comprobado que tan solo tres o cuatro carpas introducidas en una balsa forestal puede llevar a la extinción local de las poblaciones de anfibios.La eliminación de estas especies introducidas es primordial para la recuperación de muchas poblaciones de anfibios.

Programa de Conservación de anfibios y reptiles

Panel informativo en laguna El Picacho

Una parte muy importante en el éxito de cualquier programa o proyecto es la difusión, en este caso, tanto de la importancia de conservar las poblaciones de anfibios, como de los resultados obtenidos. Entre las actuaciones acometidas por la Consjería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio en el marco del Programa de Conservación de Anfibios, destaca:

  • Labores de divulgación entre pastores y agricultores, a los que se les explica la importancia de los anfibios y se les recomienda medidas de gestión para la conservación de los mismos.
  • Charlas y cursos dirigidos a técnicos y agentes de medio ambiente con el fin de formarles en diferentes aspectos de identificación, conservación y manejo de anfibios.
  • Instalación de señales informativas.
  • Exposición de los resultados obtenidos en congresos específicos
  • Publicación de fichas divulgativas para cada una de las especies prioritarias.