Restauración de ecosistemas forestales degradados

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Un ecosistema forestal degradado es aquel que ha perdido, total o parcialmente, su estructura y funcionamiento ecológicos, pudiendo deberse a diferentes motivos, tales como la sobreexplotación del recurso (agricultura intensiva, cortas excesivas para leña, pastoreo abusivo...), los incendios forestales, construcción de infraestructuras, etc.

La restauración de áreas degradadas es necesaria para asegurar la conservación de la naturaleza (en especial la de los suelos) y la generación de bienes y servicios por parte de los ecosistemas forestales. Además, la restauración de la vegetación lleva implícita frecuentemente la restauración simultánea de la fauna silvestre.

La restauración de la cubierta vegetal está unida a la repoblación del área a través de especies vegetales. Ésta se puede realizar de dos formas: mediante la repoblación forestal artificial o favoreciendo la invasión natural de la vegetación.

Regeneración artificial

Habitualmente se recurre a este tipo de repoblación por varios motivos:

  • Los bosques regenerados pueden proporcionar más beneficios mediante este tipo de repoblación.
  • No existen fuentes de semillas naturales ni restos de vegetación que permitan la recolonización natural de los espacios degradados.
  • La vegetación natural no es capaz de reestablecerse por sí sola a un ritmo y calidad aceptable.

Normalmente se emplean especies arbóreas en vez de arbustos o matas. Éstos últimos suponen mayores costes económicos y producen menos productos rentables. Además, suelen repoblarse por sí solos sin necesidad de intervención humana.

Para la repoblación artificial se emplean habitualmente dos métodos: la siembra directa y la plantación. En el primer caso se siembra directamente una semilla en el lugar definitivo del árbol, y en el segundo caso la semilla se siembra primero en el vivero para favorecer su crecimiento en las difíciles primeras etapas, y posteriormente se siembra la plantita en su lugar definitivo.

En este tipo de repoblaciones es importante determinar qué lugares se van a repoblar, discriminando las áreas cuyas características impidan o dificulten en gran medida su repoblación (por ejemplo, suelos desfavorables). Además, es necesario elegir las especies adecuadas en función de las características bioclimáticas y la calidad del suelo, huyendo de las formaciones vegetales monoespecíficas.

Regeneración natural

En ocasiones la regeneración natural de la arboleda, los arbustos e incluso el pastizal basta para generar formaciones forestales que produzcan suficientes beneficios ambientales y económicos, sin inversión ni esfuerzo alguno por parte del hombre. En estos casos, al evitar la causa de degradación, la vegetación se reestablece por sí sola.