Plan de Lucha Integrada contra la Lagarta Peluda

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El control de la Lymantria dispar Linnaeus o “lagarta peluda” se desarrolla en Andalucía desde el año 1997 a través del Plan de Lucha Integrada contra la Lagarta Peluda. Afecta principalmente a especies del género Quercus (encinas, alcornoques y quejigos), aunque también puede atacar a otras frondosas.

En Andalucía, puede extenderse potencialmente por la mayoria de la superficie ocupada estas especies. Así, el objetivo de este Plan es controlar y regular la plaga, manteniendo al insecto dentro unos límites normales. 

Métodos de control

La Lucha Integrada contra la Lymantria dispar está constituida por diversos  métodos de control y reguladores de la plaga. Dependiendo del nivel de ataque se puede actuar de distintas maneras para mantener el insecto dentro de los límites normales de plaga. Los tratamientos aconsejables para este fin son:

  • Colocación de trampas con atrayentes sexuales (feromonas) para de esta forma capturar a los machos.
  • Colocación de nidales para favorecer el control natural al fomentar la población de aves insectívoras.
  • Tratamientos con cañón en las zonas en las que no tenga acceso el avión por estar cerca de construcciones, embalses, etc., como complemento del tratamiento aéreo.
  • Tratamientos aéreos mediante pulverizaciones aéreas ULV con inhibidores de crecimiento. 

Introducción

La Lymantria dispar, más conocida como “lagarta peluda”, es un lepidóptero cuya distribución natural abarca gran parte de Europa, Norte de África y Oriente Medio, habiendo sido introducido en la costa este de América del Norte en el año 1869.

En España es considerado como el segundo defoliador más importante en masas forestales, causando un considerable daño en bosques de quercíneas, principalmente en Quercus suber, L. y Quercus ilex, L., aunque su carácter polífago hace que en caso de plaga y falta de comida defolie el matorral que acompaña a esas masas.

Las orugas se alimentan de yemas y hojas tiernas del brote en los primeros estadios produciendo defoliaciones parciales o completas, dependiendo de la intensidad de la plaga. Como consecuencia de estos daños, se produce la pérdida de fructificación, un menor espesor suberoso y leñoso formado en el año del ataque, la exfoliación del corcho así como una mayor dificultad de extracción de panas de corcho, además de provocar perturbaciones en los procesos fisiológicos del árbol. Los daños revisten especial gravedad cuando el ataque se repite en los ciclos vegetativos siguientes, llevando a una destrucción total de las hojas, dado que el árbol se debilita y lo predispone al ataque de insectos.

Entre los ataques de mayor gravedad de la “lagarta peluda” en nuestro país se destacan los producidos a final del siglo XIX en Salamanca, los años 1922 y 1923 en Córdoba y el año 1932 en las provincias de Madrid, Toledo, Cáceres y Badajoz. Desde el año 1953 se han observado ataques cíclicos en los alcornocales de Cádiz y Gerona, y en los encinares de Salamanca, Zamora, Toledo, Ávila, Madrid, Valladolid y la isla de Menorca (Baleares).

Esta periodicidad cíclica en su dinámica de población ha quedado constatada a escala europea. Este ciclo dura aproximadamente diez años en los que durante los primeros siete años pasa de la fase inofensiva a la fase perjudicial y se suponen otros tres años más de persistencia como plaga. Las causas de esta fluctuación están en relación con el comportamiento del complejo de predadores y parásitos asociados, con el tipo y calidad de alimentación y con los factores ambientales existentes.

En los últimos 60 años, los alcornocales de Cádiz y Málaga han sido los más atacados por la lagarta, destacando los primeros años de la década de los 80 donde hubo un grave ataque de lagarta en lo que actualmente es el Parque Natural Los Alcornocales, sobre una superficie de 15.000 ha. Posteriormente, a lo largo de la década de los 80, se han sucedido pequeños rebrotes en la plaga de lagarta, pero bien de forma natural o bien mediante la aplicación de tratamientos, han sido controlados. A principios de la década de los 90, aparecieron pequeños focos de lagarta que fueron aumentando la superficie atacada hasta llegar a las 41.000 ha afectadas en el año 1.995.

En Sierra Nevada y Sierra de Gádor la lagarta peluda también parece ocasionar ataques cíclicos, detectándose el inicio del último ataque en la primavera de 2004, registrándose durante la primavera de 2005 y 2006, defoliaciones importantes causadas por Lymantria dispar y otros defoliadores asociados.

La “lagarta peluda” ataca principalmente a las especies de Quercus suber L. (alcornoque) y Quercus ilex L. (encina) por su continuidad, por lo que en zonas donde existen Quercus faginea Lam., Quercus canariensis Willd. y Quercus pyrenaica Willd. (quejigos y rebollo) también son defoliados, del mismo modo se ven afectadas otras especies de frondosas, Castanea sativa Mill., Prunus spp., Populus spp., etc., e incluso coníferas (Pinus spp.). 

La superficie potencial de plaga de lagarta en Andalucía coincide con la mayor parte de la superficie ocupada por alcornoques, encinas y quejigos, a la que hay que restar aquella superficie que no reúne unas condiciones ecológicas apropiadas para el desarrollo de la misma.

En Andalucía causó grandes daños en el Parque Natural de los Alcornocales durante los años 1993, 1994 y 1995; como consecuencia se estableció el Plan de Lucha Integrada contra la lagarta peluda en el Parque Natural “Los Alcornocales”. Más tarde, y debido a las necesidades, en el año 2003 se amplía la superficie incluyéndose también el Parque Natural de Grazalema y el Parque Natural del Estrecho. Durante los años 2.005 y 2.006 se anexan el Parque Nacional y Natural de Sierra Nevada y la Sierra de Gádor.

Evaluación del estado

El Plan de Lucha Integrada cuenta con una Red Sistemática de Control mediante trampas de feromonas que permite conocer la dinámica de la población de la lagarta peluda anualmente. El objetivo de esta red inicial es por un lado conocer las curvas de vuelo y por otro cuantificar a través del número de capturas la población presente y la posible aparición de focos. Estas trampas se localizan en los parajes típicos de inicio de la plaga (puntos calientes).

Además se realiza un seguimiento de las puestas en campo. Para ello se emplea un clasificación en grados, correspondiente el Grado 0 a la ausencia de muestras en la realización de un itinerario y Grado 5 a la detección de un gran número de ellas (50 en el caso de Granada y Almería y mas de 200 en el caso de Cádiz y Málaga).

El Técnico de Equilibrios Biológicos, tras recibir la información de campo, realiza el control de los focos de puestas y, posteriormente lleva a cabo el seguimiento de la eclosión de las mismas y del rebrote del arbolado. 

Documentos del plan: