En Andalucía, desde principios de la década de los 80, comenzaron a aparecer defoliaciones y decoloraciones en diferentes especies leñosas, a veces acompañadas de tasas de mortalidad elevadas. La generalización de estos daños, el patrón irregular de distribución de los mismos y la sintomatología tan inespecífica que mostraban no permitió relacionar toda esta situación con un único agente responsable.

En la actualidad, la Seca de los Quercus es el la principal amenaza de las formaciones de encinas y alcornoques en el territorio andaluz y buena parte de la Península Ibérica, ya que compromete la estabilidad y persistencia de ecosistemas tan importantes en el ámbito mediterráneo como son las dehesas.

Distribución de los focos de Seca sobre masas de Quercus sp. en Andalucía según el inventario realizado por la Consejería  en el año 1999

Distribución de los focos de Seca sobre masas de Quercus sp. en Andalucía según el inventario realizado por la Consejería en el año 1999

En Andalucía se puede afirmar que casi la totalidad de los montes con presencia de especies del género Quercus se encuentran vegetando con dificultad, afectados por diferentes agentes.

Cabe destacar de este escenario la situación que aparece en la zona más occidental de Andalucía (Andévalo onubense) considerada, con carácter general, afectada por una grave enfermedad de hongos de pudrición de raíz provocada por Phytophthora cinnamomi y Pythium spiculum. En este caso, aunque el arbolado pueda verse afectado por manejos inadecuados, la presencia de algún otro agente nocivo o la actuación de agentes ambientales, la presencia de un agente primario agresivo hace que los esfuerzos deban concentrarse en la lucha contra la podredumbre.

El escenario de partida, caracterizado por dehesas densas con mezcla de encinas y alcornoques y con un intenso aprovechamiento agroganadero ha favorecido la rápida extensión de la enfermedad. Es la zona donde los daños son más patentes y en las que se ha perdido una mayor cantidad de arbolado.

En la actualidad no se considera como un área afectada por un proceso de decaimiento por la participación tan predominante que tienen los organismos fitopatógenos citados frente a otros agentes nocivos.

Una gran parte de los montes andaluces con presencia de especies del género Quercus no se encuentran vegetando en óptimas condiciones. Tras detectar esta situación, se han valorado los daños identificando los agentes nocivos participantes.

En Andalucía, se pueden establecer cuatro zonas claramente diferenciadas:

  • La zona más occidental (Andévalo onubense): Considerada, con carácter general, afectada por oomicetos que provocan la pudrición de las raíces (Phytophthora sp. y Pythium, principalmente). El escenario de partida, caracterizado por dehesas densas con mezcla de encinas y alcornoques y con un intenso aprovechamiento agroganadero ha favorecido la rápida extensión de la enfermedad. Es la zona donde los daños son más patentes y en las que se ha perdido una mayor cantidad de arbolado. En la actualidad no se considera como un área afectada por un proceso de decaimiento por la participación tan predominante que tienen los fitopatógenos citados frente a otros agentes nocivos.
  • Las masas localizadas en el sur andaluz (Sierras gaditano – malagueñas) se encuentran también en una situación difícil. Las condiciones de estación en las que se vegetan, la alta densidad, la influencia de los vientos desecantes y los daños asociados a aprovechamientos corcheros inadecuadamente ejecutados hacen que progresivamente vayan desapareciendo ejemplares. La participación de varios agentes nocivos junto a los factores ambientales hace que el riesgo de decaimiento sea alto. Se puede considerar una zona con un grado medio de afectación.
  • La gran extensión de dehesas que se agrupan en la zona de Sierra Morena que comprende Sierra Norte (Sevilla), Los Pedroches (Córdoba) y Sierra de Andújar (Jaén) posee caracteres similares (masas ahuecadas, muy envejecidas, explotaciones extensivas, etc.) que hace que tengan un comportamiento similar. La desaparición de ejemplares viene dada, principalmente, como consecuencia de la actuación de diversos agentes (insectos, plagas, estreses) pero siempre bajo el denominador común de la escasa vitalidad del arbolado y del manejo al que son sometidos. Su grado de afectación puede definirse como medio.
  • Finalmente las masas de encinas y alcornoques que se localizan en la zona oriental de Andalucía parecen encontrarse, como norma general, vegetando en buenas condiciones. Esto, sin embargo, puede no evitar mortandad de pies ante la ocurrencia de estreses (biótico o ambiental) más o menos localizados.

Mediante la división en bloques de las masas de Quercus afectadas en Andalucía, se identifican los principales agentes involucrados en la Seca, permitiendo enfrentar de manera más correcta las diferentes situaciones. Entre ellas cabe destacar:

  • Phytophthora cinnamomi es el agente causal más importante dentro de los identificados, tanto por su extensión como por la gravedad de los daños. Esto ha supuesto que en grandes zonas se haya abandonado el concepto de Seca (entendida como situación provocada por agentes desconocidos) y sustituirlo por el de enfermedad (podredumbre radical), como ocurre en el Andévalo onubense. Es el agente nocivo al que mayor cantidad de esfuerzo y recursos se ha dedicado tanto en el proceso de identificación como en el de seguimiento y control. La ubicación de las esporas de resistencia de este organismo en el suelo, unida a su capacidad para permanecer largo tiempo en latencia y el amplio número de especies a las que puede afectar hace que la lucha contra este agente sea extremadamente difícil.
  • Botryosphaeria corticola es el responsable del chancro del alcornoque, enfermedad muy común en los alcornocales andaluces, especialmente aquellos sometidos a descorches. Provoca la necrosis de la casca, apareciendo lesiones superficiales que, en casos severos, puede producir la muerte del árbol por anillamiento. La infección está muy asociada al proceso de descorche, provocando una importante pérdida en la producción y calidad del corcho.
  • Los cerambícidos xilófagos (Cerambyx welensii, Prinobius germari y C. cerdo) producen daños sobre el arbolado atribuibles fundamentalmente a la pérdida de resistencia estructural que sus galerías larvarias provocan en los troncos y ramas principales que, asociada con vendavales o nieves, facilitan su ruptura. El estado de envejecimiento generalizado en el que se encuentra la mayoría del arbolado junto a la realización de prácticas selvícolas poco cuidadosas, el deterioro general provocado por la aparición de plagas y enfermedades han creado las condiciones ideales donde estos insectos pueden desarrollarse.

El desconocimiento general que se tenía sobre este grupo de insectos, la facilidad de observación de los orificios de salida y la permanencia en el tiempo de los mismos los ha situado como unos de los agentes más vinculados al decaimiento de los Quercus. De forma general, los niveles de población existentes no suponen la realización de daños de importancia. Además, la posible presencia de la especie protegida por la legislación europea y española (Cerambyx cerdo), implica que, ante una intensidad de daños que exija un control, únicamente se podrán realizar tratamientos que los excluyan.

Los procesos de decaimiento siempre poseen un importante componente climático. La gran extensión que ocupan los montes de encina y alcornoque por toda Andalucía, los diferentes aprovechamientos que sufren y la variedad de agentes nocivos participantes hace muy difícil poder llevar a cabo una zonificación de daños exhaustiva y, por tanto, establecer un patrón de localización. Una de las dificultades que muestran este tipo de situaciones es la segregación de los verdaderos decaimientos frente a los episodios normales a los que se enfrenta una masa forestal, es decir, a las consecuencias de meras sequías, plagas y enfermedades.

El proceso de decaimiento sobre el arbolado es completamente inespecífico. Hay una pérdida de masa foliar, más o menos rápida, caracterizada por una muerte regresiva de las ramillas apicales y con aparición de brotes adventicios. Tanto la entrada en decaimiento como el plazo hasta la muerte del árbol son completamente indefinibles ya que dependes de los agentes nocivos que los hayan conducido hasta esa situación y de los que estén actuando en el momento presente. Los daños por manejos inadecuados, los debidos a un único agente nocivo y, especialmente, la podredumbre radical no deben considerarse como casos de decaimiento.

Desde la detección de las primeras alertas debidas al debilitamiento y muerte de las encinas y alcornoques andaluces, se ha trabajado intensamente en la valoración de la situación, tratando de identificar a los agentes implicados y buscando metodologías para el control y mitigación de los daños. Para ello se ha contado con los principales expertos de los centros universitarios y entidades científicas.

Fruto de estos trabajos se han realizado importantes avances en diferentes campos:

En 2012 se puso en marcha el proyecto Life+ bioDehesa, coordinado por la Consejería. Su objetivo general consiste en promover la gestión sostenible e integral de las dehesas para mejorar el estado de la biodiversidad a través de la divulgación de actuaciones demostrativas que aborden los principales retos relacionados con la conservación de las dehesas.

Entre sus acciones se incluyen tres específicas sobre la seca: Diseño de protocolos de detección de las causas y diagnóstico de la incidencia de la seca; Diseño de protocolos para la prevención de la infestación de patógenos relacionados con la seca en el material vegetal de reproducción; y Servicio para el Diagnóstico de la seca.

Gracias a estas acciones, se mejora en la identificación y diagnóstico de los agentes implicados y se aumentan las garantías de que las plantas producidas en los viveros estén libres de patógenos. Asimismo, el carácter demostrativo del proyecto queda de manifiesto mediante la realización, en una red de dehesas demostrativas, de actuaciones de conservación encaminadas al control y prevención de las principales plagas y enfermedades, como encalados, instalación de cajas nido para favorecer las poblaciones de insectívoros como lucha biológica, buenas prácticas selvícolas, etc.

Andalucía es referente a nivel nacional de esfuerzo y compromiso para combatir los efectos que tiene las Secas sobre los montes andaluces. Se han promovido numerosos estudios e investigaciones con los más destacados Centros Universitarios (Universidad de Córdoba, Huelva, Málaga, etc.) y gracias a esto se ha conseguido avanzar en el conocimiento de esta amenaza. No sólo se ha conseguido identificar a los factores implicados, sino que se han asociado a zonas concretas de la geografía andaluza.

Desde un primer momento la búsqueda de una solución ha sido el objetivo principal perseguido. En el control de daños y la mitigación de los efectos de la seca, se han concentrado la mayor parte de los esfuerzos. Como consecuencia se ha consolidado la monitorización del estado vegetativo del arbolado, recogiendo información fundamental para poder desarrollar una adecuada gestión del mismo. Para ello se dispone de la Red de Equilibrios Biológicos, que desde el año 2000 genera información del estado fitosanitario del monte andaluz.

La comunicación de los resultados obtenidos por los diferentes trabajos y estudios a la sociedad es una línea de trabajo fundamental. Así se consigue que todos los sectores afectados están informados de los avances y logros para controlar, o si es posible revertir, la situación del arbolado andaluz. Por ello se realizan jornadas de difusión, se participa en diferentes foros y se elaboran documentos técnicos-divulgativos.