Indicadores de biodiversidad marina

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La distribución y abundancia de invertebrados marinos, tanto como su diversidad, componen en su conjunto un indicador de calidad ambiental de gran relevancia en el medio marino. En consecuencia, desde el año 2004 esta Consejería lleva a cabo, mediante el programa de Gestión Sostenible del Medio Marino Andaluz  un seguimiento permanente y sistemático de especies normalmente incluidas en listados de protección. 

Con la información obtenida, que se ofrece al público mediante cuadrículas de 5x5 Km, se mantiene un histórico del número de avistamientos ocurridos en cada localización muestreada anualmente. Del análisis de estos datos pueden inferirse situaciones de presión o amenaza que dan lugar a iniciativas concretas de gestión diversas, incluidas las que pudieran afectar a usos o explotaciones en el entorno.

La proliferación de medusas en el litoral de Andalucía, que ocurre especialmente en los meses calurosos del año, es un hecho preocupante para las administraciones, tanto por las causas que habitualmente se relacionan con estos eventos (cambio climático, contaminación y sobrepesca), como por los efectos negativos que provoca sobre sectores productivos fundamentales para la economía andaluza, especialmente el turismo, pero también de forma menos directa la pesca.  

La alteración de los ecosistemas marinos provocada por las causas mencionadas (independientemente de su grado de implicación) incide en la disminución del número de predadores, la mejora de las condiciones óptimas para la reproducción de las medusas o una mayor disponibilidad de alimento, aspectos que deben mantenerse bajo control en el marco de una estratega de crecimiento azul, rentable a la vez que sostenible.  

Los datos disponibles se refieren al periodo comprendido entre los años 1997 a 2021 (más algunos datos residuales anteriores a 2007) y han sido recopilados por investigadores del Departamento de Ecología y Gestión Costera del Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía (CSIC).  Se identifican, entre otros, el lugar y el municipio donde ha habido avistamientos (no necesariamente en forma de “enjambres”) y la fecha en que se ha registrado. De estos datos se ha derivado información espacializada por municipios sobre la frecuencia de avistamientos, expresada esta como el número de avistamientos y el número de días con avistamientos por municipios/año y en el global de la serie histórica.