La Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul de la Junta de Andalucía acaba de publicar en su web los informes sobre la invernada de aves terrestres y aves acuáticas en Andalucia durante el invierno de 2023. Como cada invierno, el Programa de Emergencias, Control Epidemiológico y Seguimiento de Fauna silvestre de esta Consejería  realiza el censo de las especies de aves invernantes en la región para obtener un indicador del estado de conservación de los ecosistemas naturales andaluces.

En el caso de las aves acuáticas se ha realizado el seguimiento de más de 290 humedales andaluces, registrándose la presencia de 595.165 ejemplares de 104 especies de aves acuáticas. Estos resultados indican que la tendencia general de este grupo de aves muestra una regresión del 1% anual para el periodo 2004–2023, y cerca de un tercio de las especies presentes están en regresión, mientras que otro 30 % muestra tendencia creciente y el resto se mantienen estables. El declive afecta sobre todo a algunas especies de  limícolas y a fochas y afines y garzas. Aunque el estado de sequía de los humedales condiciona estas tendencias, también hay que tener en cuenta que pueden estar condicionadas por la tendencia de las poblaciones reproductoras de origen, así como por el efecto del cambio climático, que hace que algunas poblaciones se desplacen hacia el norte en su invernada como el ansar común.

Sólo cinco humedales albergaron más del 70% de las aves invernantes: Espacio Natural Doñana con 258.081 aves, la Bahía de Cádiz (70.458 aves), Marismas del Odiel en Huelva (43.062), la Laguna de Fuente de Piedra en Málaga (30.836) y las Marismas del Río Piedras y Flecha del Rompido (HU; 25.579 ej.). Estos humedales se caracterizan por una disponibilidad de agua más permanente, principalmente en las marismas mareales del litoral atlántico andaluz.

En cuanto a las especies catalogadas incluidas en el Plan de Recuperación de Aves de Humedales han aparecido en 65 humedales que contaban con 261 cercetas pardillas, 98 fochas morunas, 902 malvasías cabeciblancas, 132 porrones pardos, 10 garcillas cangrejeras, 4 avetoros comunes y 132 águilas pescadoras. No se registró la presencia de  fumarel común durante la invernada de 2023. Las poblaciones invernales de focha moruna y malvasía cabeciblanca muestran un declive del 7 % y 1 % interanual respectivamente, mientras que la población de águila pescadora muestra un crecimiento continuo desde 2004 del 0,38% anual. Pero es la población invernante de porrón pardo la que muestra un fuerte crecimiento a lo largo del periodo considerado, que se establece en un crecimiento del 19 % interanual.

Por otro lado, en cuanto a las especies de aves terrestres censadas en 2023, la población de cigüeña negra invernante en Andalucía ha sido de 185 individuos. La especie muestra aún una tendencia de crecimiento moderado del 1% anual desde 2004. El grueso de la población inverna en las marismas del Guadalquivir, especialmente el Espacio Natural Doñana y el Brazo del Este en Sevilla. El hábitat preferente son los arrozales cuando están inundados y cultivos de regadío de la comarca de Doñana, seguido de marismas y ríos, por lo que las últimas sequías y el empobrecimiento de las condiciones hídricas en estas áreas son los responsables del descenso en relación a los más de 300 ejemplares que invernaban en el último lustro de la década anterior. Los humedales del litoral atlántico andaluz adquieren importancia internacional para la preservación de la especie, dado que las medidas de conservación y gestión en estas áreas tendrían incidencia en la conservación de la población europea, toda vista que la invernada habitual en el Sahel también está comprometida por el empeoramiento de las condiciones hídricas por el cambio climático.

En cuanto a la avutarda común, en 2023 fueron contabilizadas 269 avutardas frente a las 317 de la invernada anterior, distribuidas por Sevilla (44%), Córdoba (54%), Jaén (2%) y Huelva (1%). Más del 60% se encuentra dentro de los límites de algún espacio Red Natura 2000, y algo más del 90% está dentro del ámbito de aplicación del Plan de Recuperación de Aves Esteparias. Respecto a las dos subpoblaciones andaluzas, una en el norte de Córdoba y otra en el valle del Gudalquivir, en la primera ha ido descendiendo paulatinamente desde 2015. Cabe destacar que la población extremeña con la que se conectan los núcleos cordobeses ha declinado en un 90% en la última década de modo que por un lado influye en el declive de la población cordobesa y por otro no puede ejercer efecto rescate alguno. Por otro lado, en el valle del Guadalquivir se mantiene por lo general más estable, con intercambio de ejemplares entre algunos de los núcleos que la conforman, y con un ligero intercambio de ejemplares entre el núcleo del Andévalo y Portugal, si bien este último ha sufrido un declive del 50% en los últimos 15 años, lo que implica el mayor aislamiento y menor capacidad de rescate del Andévalo por las avutardas portuguesas. La especie se encuentra limitada en la región por la desaparición de cultivos de cereal, barbechos y rastrojos.

Los informes pueden descargarse en los siguientes enlaces

• Programa de seguimiento de aves acuáticas amenazadas
• Seguimiento de aves terrestres amenazadas