El Parque Natural Cabo de Gata-Níjar hunde sus raíces hace 12 millones de años. Y aunque actualmente sólo podemos ver una pequeña parte en la superficie, esta zona volcánica se extiende mucho más allá bajo el mar. Se trata de un enclave muy conocido por los aficionados a la geología y vulcanología, y apreciado mundialmente por sus bellas y caprichosas formaciones rocosas.

Desde la tierra hasta las profundidades marinas, la huella volcánica está presenta en este parque natural. La Sierra de Cabo de Gata es solo “iceberg” de una extensión sumergida mucho mayor entre España y el Norte África.

Una región formada en el Terciario y que constituye un auténtico monumento natural que merece la pena visitar. Para saber más sobre el origen volcánico de estas tierras, nada mejor que una visita a La Casa de Los Volcanes de Las Amoladeras, el primer centro geoturístico de Andalucía. Está ubicado en pleno corazón del Geoparque Cabo de Gata-Níjar, en un antiguo edificio del complejo de la casa de fundición en Rodalquilar, donde se precipitaba y fundía el oro hasta los años 60 del siglo XX.

Existen diferentes tipos de recorridos en los que observar diferentes formaciones por tierra y por mar. Entre otras, la Ruta de los Volcanes y las Flores, que el Ayuntamiento de Níjar puso en marcha como parte de una iniciativa de turismo activo.

Os esperan paisajes marcianos compuestos de cráteres en el Valle de Rodalquilar, domos de lava en los Escullos y Mesa Roldán, chimeneas volcánicas en el arrecife de las sirenas, lenguas de lava erosionadas con la actividad del mar en la playa de Mónsul, dunas fósiles en el Playazo, o montañas volcánicas como Cerro Negro.

La visita nos dejará para siempre en la retina evocadoras estampas de gran fuerza expresiva que dan testimonio de su historia geológica. El tiempo parece haberse detenido en este parque, un destino ideal para vivir una experiencia en la naturaleza muy diversa. Fondos marinos de gran riqueza natural, playas vírgenes, dunas, aguas limpias y poco profundas…El Parque Natural Cabo de Gata-Níjar es un ejemplo de equilibrio, de conservación, protección y aprovechamiento de unos recursos naturales únicos, de tradición y sostenibilidad.