Entendemos por etnobotánica el estudio del aprovechamiento de determinadas especies vegetales por parte del hombre, las cuales han servido tradicionalmente para la fabricación de instrumentos y herramientas, confección de vestimentas, y por supuesto han tenido un papel fundamental en la alimentación y la medicina.
La gran riqueza, diversidad y originalidad de la flora andaluza implica, a su vez, un elevado número de especies útiles existentes en nuestro territorio, en su mayoría de origen mediterráneo. Las plantas más empleadas en la etnobotánica tradicional andaluza pertenecen a familia botánica Labiadas, con especies cuyo uso está tan extendido en nuestra cultura como los tomillos, oréganos, romero, ajedrea o las lavandas, entre otras.
Si bien la incidencia de las actividades etnobotánicas parecieron decaer a finales del siglo pasado, la extracción de recursos vegetales no desapareció, e incluso se llegó a multiplicar en determinadas especies que seguían siendo recolectadas, muchas veces sin control, con evidente peligro para su conservación. Por ello, la tendencia de los últimos tiempos ha sido promover trabajos científicos cuyos objetivos ha sido la detección de los aprovechamientos de los recursos vegetales silvestres en Andalucía, evaluando su incidencia en las poblaciones naturales; el establecimiento de la normativa necesaria para regular su extracción y la realización de propuestas de gestión y planes de actuación para cada taxón para que se garantice la sostenibilidad de dichos aprovechamientos.