Página 26-27 - Huelva Nuevo

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Después de los “tiempos oscuros” que siguieron al final de la Antigüedad, los testimonios
acerca del entorno de la Ría se reanudan en época musulmana. La mayor novedad estriba
en la importancia que cobra Saltés como ciudad portuaria, mercantil e industrial durante
todo este periodo. Awnaba o Walba, como ahora es llamada, por el contrario, conoce cierto
declive ante la competencia con Saltés y otras poblaciones cercanas situadas aguas arriba de
los ríos, como Gibraleón, junto al Odiel, y Niebla, a orillas del Tinto.
Huelva y Saltés experimentan durante el siglo XI una fase de particular bonanza al convertirse
en capitales conjuntas del reino de taifas gobernado por los Bakríes. En los siglos XII-XIII, los almorávides y almohades
respaldan la función urbana de estas poblaciones y acrecientan sus defensas ante la inseguridad reinante y la inminente
amenaza cristiana. Por entonces Niebla se erige también en cabecera indiscutible de esta comarca, sirviendo de capital al
último reino musulmán del oeste de la Península hasta la conquista castellana a mediados del siglo XIII.
El medio físico en torno a Huelva y Saltés denota, por su parte, una apreciable transformación y puede considerarse ya
plenamente estuarino, con grandes extensiones de marisma sujetas a la inundación diaria de las mareas que se intercalan
entre los cauces fluviales y las superficies de aguas libres. La primitiva ensenada-bahía ha desaparecido a causa de la
acumulación de depósitos, adoptando una configuración general fácilmente identificable con la Ría actual, si bien menos
colmatada. Así mismo, las estructuras externas de cierre en la boca del estuario siguen progresando hacia el sureste,
mediante el desarrollo e incorporación de sucesivos bajos arenosos.
Mapa de la Península y el Océano del geógrafo árabe del
siglo X al-Istajri.
Azulejos de los siglos XII-XIII, de Niebla. Museo de Huelva.
Naves, miniatura de las
Cantigas
, siglo XIII.
Huelva y Saltés
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] A GU A , T E R R I T O R I O Y C I U D A D
U N PA I S A J E H E CHO E N L A H I S T O R I A [
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Candil del siglo XI, del cabezo
de San Pedro de Huelva.
Museo de Huelva.
Campana de bronce, siglo
XI, hallada en Aljaraque.
Museo de Huelva.
Las grandes rutas marítimas enlazan con el
Mediterráneo oriental y el norte de África,
con el que se estrechan las relaciones bajo
el dominio de los imperios magrebíes de los
almorávides y almohades.
Además de los pozos de las casas, para el
abastecimiento se utiliza y restaura la traída de
aguas romana, aunque un texto de la época
reconozca que el agua “llega a través de unos
conductos subterráneos sin que nadie sepa a
ciencia cierta el lugar de procedencia”.
La importancia del Tinto como eje territorial
aumenta. Por sus riberas se distribuyen
aldeas y alquerías, como la de Moguer, y
la mayor ciudad de los contornos, Niebla,
hasta el punto que este cauce se nombra a
veces simplemente como “el río de Niebla”.
El abastecimiento de Saltés se basa
en aljibes y pozos que aprovechan
unas aguas de calidad mediocre.
Según al-Idrisi, sin embargo, “el
agua necesaria para el consumo
de sus habitantes” se traía de
manantiales cruzando el caño que
la separaba de tierra firme.
La agricultura progresa gracias a la
difusión de los regadíos y las huertas,
que surten el mercado local, y el
cultivo de especies como la higuera.
Ante los peligros que acechan a las localidades
costeras, como Saltés, objeto de repetidos
ataques, algunas poblaciones crecen al abrigo
de los ríos, como Gibraleón, Yabal al-Uyun, “la
montaña de las fuentes”, a orillas del Odiel.
Saltés se convierte durante la Edad
Media en una de las principales
ciudades portuarias de al-Andalus.
A fines del siglo XII cubre unas
6 hectáreas y cuenta con una
alcazaba, atarazanas, talleres
metalúrgicos, un amplio caserío y
huertos.
En el promontorio a la entrada de la Ría se
erige para vigilar la costa un monasterio-
fortaleza de los “guerreros de la fe” o
ribat
,
origen del nombre de La Rábida.
Frente a los cabezos de Huelva se forma una extensión de marisma
que avanza hacia el sur entre el Odiel y el Tinto. La atraviesa un caño,
luego llamado “del Pasaje”, que cruza al lado de la ciudad.
Al amparo de la flecha de Punta Umbría y la
prolongación hacia el sur de los bajos de Saltés,
los procesos de sedimentación han generado
grandes superficies de nuevas marismas con un
dédalo de caños y canales.
La dinámica litoral prosigue su labor de regularizar la
costa. Los bancos de arena se prolongan a la salida de la
Ría y la contraflecha de Arenilla avanza hasta casi cerrar la
desembocadura del estero de Domingo Rubio.
Al-Idrisi escribe en el siglo XII que Huelva está “bien
poblada, ceñida por muralla de piedra y provista
de bazares”, pero que es “poco considerable”. Sin el
protagonismo de antaño, es una más de las villas
fortificadas del Occidente de al-Andalus.