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A partir de la construcción de las primeras formaciones arenosas externas cerrando la desembocadura se divi-
den dos dominios dinámicos: por un lado, la zona exterior o marina que va a estar expuesta y dominada por el
oleaje, responsable de la construcción y crecimiento de las formaciones arenosas litorales y, por otro, el dominio
interno, dominado por las mareas y donde la sedimentación va a compartimentar el estuario en canales, llanuras
mareales y marismas saladas vegetadas.
Con el paso del tiempo las islas-barrera de la zona externa irían cerrando el estuario dificultando la entrada de
las mareas al dominio interno, a la vez que la sedimentación mareal en esta zona interna iría disminuyendo la
capacidad del estuario (prisma mareal). Ambos fenómenos hacen que la velocidad de las corrientes de marea
disminuya, facilitando, en el interior del estuario, el relleno del mismo por fangos que durante el periodo árabe
alcanzan la zona intermareal y comienzan a formar cuerpos de marisma salada en las zonas centrales del estua-
rio. En paralelo, la pérdida de fuerza de las corrientes mareales entre las islas-barrera externas hace que la arena
se deposite en la desembocadura en forma de “bajos” o “deltas de marea”.
Figura 7.
EL ESTUARIO A FINALES DEL SIGLO XIX.
La dinámica descrita en la figura 6 continúa extendiendo las
marismas y cerrando los canales mareales. Punta Arenilla deja
de ser una isla-barrera al unirse a tierra y comienza a funcionar
como contraflecha arenosa. Comienza la actividad portuaria
extensiva en el estuario y los primeros trabajos de dragado. La
activa dinámica de los deltas de marea de la desembocadura
dificulta la navegación de entrada y salida al estuario de los
barcos de mineral.
Figura 8.
EL ESTUARIO EN LA DÉCADA DE 1960.
No se presentan diferencias significativas respecto al perio-
do anterior. Las marismas son cada vez más altas y extensas
y la navegación a través de los canales mareales más internos
comienza a ser muy dificultosa. Los sistemas de deltas de re-
flujo adquieren su extensión máxima y el número máximo de
canales, que se vuelven dificilmente navegables debido a su
alta movilidad.
Juan Antonio Morales González y José Ojeda Zújar
Universidad de Huelva, Universidad de Sevilla
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] A GU A , T E R R I T O R I O Y C I U D A D