Página 65 - Huelva Nuevo

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11.
Las amenazas del mar.
“Vuestra Majestad fue servido de mandarme que viniese a hazer ciertas torres y atalayas en la costa
del Andalucía…”. Así se dirigía a Felipe II, hacia 1577, el Comisionado don Luis Brabo de Lagunas
informándole de los trabajos de construcción de torres defensivas. Y es que la ribera marítima
también era una frontera política de difícil control. Hasta fines del XVIII la inseguridad fue un mal
endémico de estas costas por el merodeo de piratas y corsarios, paliándose con la erección de torres
como las de Arenilla y Punta Umbría.
12.
El océano, camino abierto.
La Ría, el océano, propiciaron desde tiempos remotos los
intercambios con civilizaciones distantes. Hace milenios
por la abundancia en las cuencas de los ríos Tinto y Odiel
de cobre, plata y oro, de modo que el
Libro de los Reyes
del Antiguo Testamento relata ya que el rey Salomón
enviaba sus naves a Tharschisch, identificada por algunos
con Tartessos. Siglos más tarde, Saltés fue uno de los
puertos más frecuentados de al-Andalus, y al filo de la
Edad Moderna, zarparon desde estas aguas los barcos que
abrieron las nuevas rutas del Atlántico.
Agua
& Territorio
)
H U E LVA MA R Í T I MA Y M I N E R A [
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