Versión de HTML Básico
3.
El nuevo suministro de la ciudad moderna.
“Todo el mundo está persuadido que sin agua no hay higiene y
sin higiene no hay riqueza, ni cultura, ni progreso, y que para
hacer una gran ciudad lo primero que hay que hacer es dotarla
de agua sana”, afirmaba el onubense Pedro Seras en el diario
La Provincia
en 1905.
El déficit crónico en el abastecimiento de Huelva, agravado
desde fines del XIX con el despegue económico, se abordó en
1927 con la construcción de la presa de Beas, a 28 km de la
capital, de 3,5 millones de metros cúbicos de capacidad. En
1929 se inauguró la nueva red de suministro de agua potable
con depósitos en el parque Moret.
4.
Agua abundante que todo lo cambia.
La nueva red urbana supuso un salto cualitativo en la garantía del suministro desconocido en la historia
de la ciudad. La oferta de agua de calidad, abundante y barata ofrece una imagen de regeneración y
prosperidad. Pronto se empiezan a regar las calles con regularidad y proliferan las fuentes públicas.
Con los años también mejora el aspecto de las vías y espacios públicos, como el parque Moret, que se
llenan de verde. Un lujo hasta el momento exclusivo de la élite onubense, representada por la Rio Tinto
Company. Pero no todo fueron luces: con la abundancia, los hábitos de ahorro y uso responsable de un
bien hasta entonces escaso empezaron a cambiar.
H U E LVA MA R Í T I MA Y M I N E R A . 1 9 2 9 [
7 7
]