Página 86 - Huelva Nuevo

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5.
Aguas residuales que van a parar a la mar.
La modernidad exige la mejora de las condiciones higiénicas y de salubridad indispensables para la
calidad de vida. Por eso, el abastecimiento debe complementarse con el saneamiento de las aguas
residuales. Un amplio sistema de alcantarillado empieza a extenderse por la ciudad y conduce las
aguas negras directamente, sin tratar, a la Ría. Aunque todavía es pronto para pensar en devolverlas
depuradas, ya se vislumbra el ciclo de gestión integral del agua urbana. Habrá que esperar al último
cuarto del siglo XX para que entren en funcionamiento las primeras depuradoras.
6.
Aguas sucias que contaminan.
Tampoco es completo el saneamiento de aguas
residuales. Aún quedan zonas donde las aguas
sucias corren por zanjas al aire. Un problema
que se agrava al contaminar los pozos que
surten a la población. A principios del siglo XX
las fiebres tifoideas eran comunes en Huelva,
y la mortalidad muy elevada: hasta un 30 por
mil, en gran medida a causa del agua. Juan
Quintero Báez cuenta que, por esas fechas,
un alcalde preocupado por el abastecimiento
envió a Madrid una muestra de agua para su
análisis. En vez de remitir los resultados, el
técnico del laboratorio se limitó a comentar:
“¿Pero, todavía vive alguien en Huelva?”
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] A GU A , T E R R I T O R I O Y C I U D A D