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7.
Marismas degradadas, una fuente de problemas.
El crecimiento urbano se hace a costa del relleno y ocupación de las marismas colindantes. A menudo
este proceso tiene lugar de manera desordenada y sin la adopción de cautelas. La alteración de la red
de drenaje de estas marismas propicia el desarrollo de aguas estancadas, que son foco de mosquitos
propagadores del paludismo. Para evitarlo, siguiendo las indicaciones del Dr. Ross, médico británico,
se echan piritas y aceites minerales en las charcas. Una medida que resuelve, en parte, el problema,
mientras genera otros, insospechados, de contaminación futura.
8.
Paseos y baños en la Ría.
La orilla de la Ría hasta la confluencia con el Tinto, en la Punta del Sebo, se ha convertido en un lugar
de esparcimiento donde pasear o tomar baños. Según la visión higienista en boga, se ha instalado el
Balneario del Odiel, una estructura sobre pilotes similar a los muelles que facilita el acceso a aguas
profundas evitando el fango de la orilla. Dada la moralidad de la época, había una caseta para las señoras
a una distancia prudencial del edificio principal. Pronto se vería la imposibilidad de compaginar este uso
con las actividades portuaria, industrial y pesquera, por su repercusión en la calidad de las aguas.
Agua
& Ciudad
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H U E LVA MA R Í T I MA Y M I N E R A . 1 9 2 9 [
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