Bases para la realización del Sistema Compartido de Información sobre el Paisaje de Andalucía (SCIPA). Aplicacion a Sierra Morena - page 176

SierraMorena
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los y la sierrade Jaén fueronel centrodeuna sierra
poblada por aspirantes a la vida eremítica, reforza-
do con la llegadade los franciscanos, quequedó ru-
bricadoconelpasode insigneshombrescomoFran-
cisco deOsuna o San Juan de la Cruz. Asociaciones
similaresdespiertanotrospuntosde la sierra, como
Aracena. Los peligros de la travesía serrana se ven
acrecentados por el fantasma del bandolerismo;
así, en un soneto deManuel de Palacio, del s. XIX
(“hoy, si el destino a verteme condena, / iré, pero
escoltadopor civiles / comoquienvaa cruzar Sierra
Morena”).
c. Mate, pardo, desgastado. Enunmuy citado apunte
lírico de AntonioMachado consta esta vinculación
entre el carácter parduzco, mate, de la sierra y el
topónimo que la designa: “¡Qué bien los nombres
ponía / quien puso Sierra Morena / a esta serra-
nía!”. El contrasteentre lasgamas ricasyalegresdel
Guadalquivir y las laderas apagadas de la sierra, de
coloresmás insinuadosquedeclarados, ha sidoper-
cibidopor numerosos autores.
d. Monótono, desmochado, uniforme en alturas
(isoaltitud). Como es esperable de un relieve apa-
lachense, de materiales geológicamente antiguos
arrasados por la larguísima acción de la erosión, se
sienteenel conjuntode lasierra lamonotoníadeun
relievequenodespunta, enel que seaborregan lo-
mas y cerrosen sucesión ininterrumpida. Las cimas,
que son testigo de la antigua penillanura excavada
localmente por la red hidrográfica, son ejemplo de
isoaltitud y se suceden como en procesión, justifi-
cando los versos de Lope de Vega “la procesión de
losmontes, / que SierraMorena llaman”. La ausen-
cia de aristas en la mayor parte de las formas del
relieve se acentúa aún más debido al efecto de la
cubierta vegetal continua, que redondea los filos y
suaviza las transicionesde laorografía.
e. Compartimentado. Las profundas entalladuras de
la red fluvial subdividen el territorio mariánico en
cuencas y subcuencas que constituyen anfiteatros
de soledad. Al impedirse el tránsito longitudinal,
que todavía hoy es escaso y arduo (efecto poten-
ciado por la disposición atravesada de los vasos de
embalse), lamayor parte de las comunicaciones se
desarrollan transversalmente.
f. Trastienda,
hinterland
. Lasierrasearticuladesde los
centros urbanos que se apoyan en su borde y des-
de las vías que la atraviesan condestinohacia refe-
rencias lejanas. Las demarcaciones administrativas
son débiles y surgen por extenuación de la influen-
cia ejercida desde los centros urbanos. El intenso
despoblamiento que caracteriza a trechos consi-
derables de la Sierra contribuye a esta sensación
de mundo perdido: “me he retirado de la soledad
haciael poblado, por los temores quepasabaentre
los altos riscos de Sierra Morena”; “acordándome
de la poca población que había en SierraMorena,
por aquella parte de la Hinojosa, que había quince
leguas sinpoblado” (en la
Vidadel escuderoMarcos
deObregón
). El poblamiento tradicional, concentra-
doennúcleos rurales generalmentedistantes entre
sí, resulta en grandes soledades que sólo eran ani-
madas por una presencia dispersa y parcialmente
nómada de ermitaños, piconeros, serradores, cor-
cheros, cabreros, vaqueros, mineros, apicultores,
monteros, reclamistas, venteros. Es una población
a la que en ciertas partes de Córdoba, Ciudad Real
y Jaén se ha denominado tradicionalmente con el
nombre de “serreños”, pues el término “serranos”
se reservaba a los trabajadores procedentes de
Cuenca, Guadalajara y Soria, que eran frecuentes
en losmolinosdeaceitedel valle (Urquijo, 1988).
g. Extensión. Un rasgo importante de la Sierra, que la
diferencia de otros espaciosmontañosos de su en-
torno, es lagrandilatacióndevistas y lapuraexten-
sión conque sedespliega. Desde algunos puntos la
visión se pierde en horizontes remotos que siguen
siendo serranos. SuprolongaciónporOccidenteha-
ciaelAlgarveportugués,ysu fusiónyconcatenación
con los sistemas Bético e Ibérico han alimentado la
Foto 14: El continuo arbolado de la dehesa tapiza enormes extensiones. Los Pedroches.
Autor: Pascual Riesco Chueca.
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