Bases para la realización del Sistema Compartido de Información sobre el Paisaje de Andalucía (SCIPA). Aplicacion a Sierra Morena - page 522

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Documentometodológico para la incorporación de las percepciones sociales
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vadas y las autoridades públicas respecto del valor de los
paisajes, su papel y su transformación». Por añadidura, la
identificación y caracterización de paisajes ha de hacerse
teniendoen cuentaa las poblaciones interesadas; y los ob-
jetivosde calidadhandefijarseprevia consultaal público.
Teniendo en cuenta que ha de haber participación pública
en la formulaciónyaplicacióndepolíticasdepaisaje,quese
debeconsultarelpúblicoen lacualificacióndepaisajesyen
la formulaciónde losobjetivosdecalidadpaisajística, yque
se aspira a formar, educar y sensibilizar paisajísticamente
a la población, es de gran importancia estudiar y evaluar
la sensibilidad social. A través de la comprensión de ésta,
es posible potenciar un comportamiento social pro-activo,
que permita a las políticas y los comportamientos encon-
trar cauces productivos de cooperación en la protección,
gestiónyordenacióndel paisaje (ZoidoNaranjo, 2003).
En España son numerosos los recursos que permiten desa-
rrollarestadimensiónde laspolíticasy losestudiosdelpaisa-
je. Porun lado, puedeacudirsea laabundantebibliografíaal
respecto,muchadeella recientísima (Pena i Vilaetal., 2004;
FernándezMuñoz, 2006y2008; Sabaté i Rotés, 2009;Martí-
nezSanchís, 2009;CortinaRamos, 2009). Sonaprovechables
las conclusiones dealgunas reuniones científicas oprofesio-
nalesen lasque sehandiscutidomaterias como:medidade
la opinión y sensibilización ambiental, actitudes y requisitos
para laparticipación. Pueden citarse losCongresosNaciona-
les deMedio Ambiente (Conama), con sus sucesivos infor-
mes. Por otra parte, se cuenta con la actividad y los fondos
de investigación de determinadas instituciones cuyamisión
es la investigación sociológica. Destaca entre ellos el Centro
de Investigaciones Sociológicas (CIS), un organismo autóno-
mo, adscrito al Ministerio de la Presidencia, que tiene por
finalidadel estudiode la sociedadespañola, principalmente
a través de la investigaciónmediante encuesta. El Instituto
deEstudios SocialesAvanzados (IESA-CSIC), con sedeenAn-
dalucía, es un centro público de investigación científica que
desarrolla su actividad en el campo de la sociología. Como
experiencia valiosa e inspiradora, puede consultarse lame-
todología de participación seguida en la elaboración de los
CatálogosdePaisajecatalanes (Sala, 2009).
Se puede entender la participación pública en un sentido
más amplio que la mera llamada a consulta periódica de
representantes de la ciudadanía durante la ejecución de un
proyecto. Diferentes agentes sociales (entre ellos, las admi-
nistraciones, habitantes, turistas, instituciones y empresas)
están preocupados por la calidad paisajística y se implican
directamenteen tutelar, valorar, expresar ydinamizar el pai-
saje (es el casode la custodiadel territorio), contribuyendo,
avecesconapoyoeconómico,a lamejoradirectadelpaisaje.
La identificacióndeáreasytipospropuestaporel Convenio
Europeodel Paisaje (CEP) debeacompañarsedeunesfuer-
zo de denominación apropiada, apoyado en la toponimia,
que sirva a los efectos deunamayor pedagogíadel paisaje
(Escribanoetal., 1991), yque refuerceel arraigamientoyel
vínculo territorial de los paisajes. Es en efecto importante
contravenir el creciente uso de imágenes paisajísticas de
aluvión, convertidas a través de los medios en meros es-
tímulos para un consumo totalmente al margen de los an-
clajes culturales al territorio: “ladifusiónen lapublicidad y
en losmediosdecomunicaciónde soberbiosescenarios sin
nombre y sin lugar, imágenes de consumodeuna sociedad
desterritorializada” (Mata Olmo, 2008). Cada territorio se
manifiestaa travésdeunafisonomíapropia,quesedimenta
enun carácter paisajísticoparticular.
Otro elemento de gran utilidad para la caracterización de
áreas y tipos, también vinculado a los aspectos intangibles
de la cultura del territorio, es proporcionado por atlas que
muestran la distribución geográfica de la riqueza léxica; es
el caso de grandes compendios como el Atlas lingüístico y
etnográfico de Andalucía (Alvar, 1961), Atlas lingüístico y
etnográfico de Aragón, Navarra y Rioja (Alvar et al., 1979-
1983),Atlas lingüísticodeCastillayLeón (Alvar, 1999) ymu-
chosotros.
En teoría al menos, las cuatro tareas fundamentales del
estudio paisajístico (identificación, caracterización, cualifi-
cación y seguimiento) deben incluir desde el primer mo-
mentounbuenconocimientoyaprovechamientodel factor
social, comprendiendo los aspectos demográficos, las acti-
vidadesproductivasyprofesionales, así como identificando
los grupos y colectivos (incluidoel asociacionismo).
1.
Identificación. Los paisajes están moldeados desde
tiempos remotos por laacciónhumana, que se cana-
liza según actividades ymodos de asentamiento ínti-
mamente ligados a laestructura social yproductiva.
2.
Caracterización. El conjunto de características de un
paisajedado remite, además de a factores naturales,
al capital social y al capital cultural del entorno. Nu-
merosos ingredientes del carácter son de tipo inma-
terial, y su percepción está socialmente condiciona-
da. Laspropiasdenominacionesdeáreaspaisajísticas
debenbuscar conexión con lapoblaciónafectada.
3.
Cualificación. A lahoradeatribuir valor al paisaje, yde
proponer vías para potenciar este valor, es importante
conocercómoestándistribuidas laspreferenciasenfun-
ciónde losagentessociales.ElCEPTestáprofundizando
en algunos conceptos útiles a este propósito como los
de“recursopaisajístico”y“calidadpaisajística”.
4.
Seguimiento. Las dinámicas del paisaje, sobre todo en
un contexto intensamente antropizado como el Me-
diterráneo, incluyen, en todos sus modelos, el factor
social y cultural. Los agentes locales y regionales de-
ben ser tenidos en cuentaparaestablecer sistemas de
seguimiento eficaces. Entre las variables objeto de se-
guimientoestá lapropiapercepciónde los ciudadanos
acercadelpaisaje.Esnecesariocrearun“sistemade in-
dicadores”que incluyaaspectosobjetivosypercibidos.
Entender un paisaje supone no sólo describir, sino indivi-
dualizar, situandounpaisajeenun contexto,mostrando su
extensión y confrontándolo con otros mediante la detec-
ción de rasgos diferenciadores. Es decir, supone tanto una
descripción, comounaclasificaciónydelimitación;poraña-
diduraexigeunactodenominador, a travésdel cual se con-
sagra un término, preferentemente asequible y arraigado
en la tradición toponímicao léxicadel entorno, para aludir
al paisajeen cuestión.
Para tal fin, la terminologíausada y ladenominaciónde las
áreas debe elegirse teniendo en cuenta las bases cogniti-
vas de la población (Mark et al., 1999), que se ponen de
manifiesto en la toponimia y el léxico; ambos componen
un amodo de cartografíamental del territorio. En España
existeuna cobertura amplia, aunquedesigual, en lo tocan-
te a toponimia (García Sánchez, 2007). Son numerosos los
estudios toponímicos en que se ha seguido un ordenmás
omenos organizado por capas o coberturas del territorio,
análogoa losdeunadescripcióndelmediofísico. Véaseun
recorrido no sistemático por los atributos territoriales de
unas comarcas occidentales en su plasmación toponímica
realizado por uno de los participantes en el presente pro-
yecto (Riesco Chueca, 2001; 2006; 2010). Sobre la aplica-
ciónde la toponimiacomo técnicaauxiliaren ladescripción
de cambios en el paisaje, o de la identidad y simbología
asociadas a él, pueden consultarse estudios como Sousa y
García-Murillo (2001),MurphyyGonzález Faraco (1996).
Evaluar el cambiopaisajísticoy reconstruir lafisonomíapri-
mitiva del territorio es tarea que puede recurrir a nume-
rosas fuentes: la exploración arqueológica, la fotointerpre-
tación, el estudio documental y cartográfico, la toponimia.
Interesaaquí indagarsobre los frutosque la toponimiapue-
de ofrecer para tal fin. Son abundantes los estudios sobre
paisaje y territorio que han recurrido con notable aprove-
chamiento al registro que los usos y coberturas del terre-
no dejan en la toponimia (Waibel, 1984;Miranda y Santos
Rodríguez, 2007; FernándezMier, 2006). Enparticular, han
destacado las contribuciones al conocimiento de la vege-
tación actual y arcaica en las que se recurre al inventario
denombresde lugar (Sanz ElorzayGonzálezBueno, 2006).
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