Enebrales y sabinares costeros

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Enebrales y sabinares costeros

Los enebrales y sabinares costeros son formaciones típicas de las dunas costeras, que se caracterizan por encontrarse en la transición marítimo-terrestre y tienen un papel crítico en la estabilidad de la costa. Los ecosistemas que se desarrollan en este ambiente son complejos en los que se produce una continua interacción entre procesos abióticos (transporte de arena) y bióticos (colonización vegetal). Destacan, además, por la singularidad de su biota adaptada a condiciones ambientales extremas (escasez de agua dulce y de nutrientes, movilidad del sustrato, en ciertos casos elevada salinidad, etc.) y por estar sometidos a una fuerte presión antrópica.

Los enebrales y sabinares costeros ocupan las áreas más interiores del sistema dunar, asentándose sobre suelos estabilizados, con cierta acumulación de materia orgánica. Sus condicionantes ecológicos son los mismos que afectan a otros hábitats dunares (maresía, viento, sustrato arenoso, pobreza en nutrientes, baja capacidad del suelo para retener agua, etc.), si bien, ocupan sectores donde la maresía y el viento actúan con menor intensidad, y donde el sustrato, aun siendo arenoso, suele estar más cohesionado. En los complejos dunares mejor conservados es posible encontrar dos bandas, una de enebral (Juniperus oxycedrus subsp. macrocarpa) y otra de sabinar (J. phoenicea subsp. turbinata).

Los enebros, bien adaptados a estas condiciones y capaces de soportar el enterramiento y descalzamiento de sus raíces, crecen en las crestas caracterizadas por una mayor influencia de la maresía, cierta movilidad del sustrato y escasez de nutrientes y agua. 

Los enebrales donde predomina la presencia del enebro marítimo se presentan en las crestas de sistemas de dunas móviles caracterizados por una elevada influencia del aerosol marino cargado de sales, alta movilidad del sustrato, escasez de nutrientes y una baja disponibilidad de agua. En otras ocasiones, pueden desarrollarse en las partes altas de acantilados creciendo en los primeros metros, ocupando cárcavas y taludes, como es el caso de los acantilados de Conil-Chiclana y los de Barbate en la provincia de Cádiz y los acantilados de Mazagón en la provincia de Huelva.

Desde el punto de vista faunístico destacan, entre las aves, el alcaudón común (Lanius senator). Gran número de aves, y algunos mamíferos como los zorros, consumen los frutos de sabinas y enebros.

En Andalucía este hábitat se localiza en Huelva (La Antilla, El Rompido, Punta Umbría, El Abalario, El Asperillo, Doñana-Playa de Castilla y Doñana–Punta del Malandar), Cádiz (La Barrosa-Cabo Roche, Cabo Trafalgar, La Hierbabuena, Bolonia, Punta Paloma-Valdevaqueros y Los Lances), Almería (Punta Entinas-Sabinar) y Málaga (Cabopino).