Conectividad de hábitats

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Conectividad de hábitats y Plan Director para la Mejora de la Conectividad Ecológica en Andalucía

Calahonda

La fragmentación de hábitats y ecosistemas, ya sea como consecuencia de procesos de destrucción de hábitats, de cambios de uso o de desarrollos urbanos e infraestructurales, se ha convertido en las últimas décadas en una de las principales causas de la pérdida de diversidad biológica a escala global. Según la evaluación de los Ecosistemas del Milenio este factor resulta especialmente preocupante en el contexto de los países desarrollados, en especial en Europa, donde la intensificación de los modelos productivos y el incremento exponencial de la presión sobre el suelo han conducido a una situación que plantea evidentes riesgos para el mantenimiento de determinadas especies, poblaciones, hábitats y ecosistemas.

Estadísticas recientes de la Agencia Europea de Medio Ambiente ilustran la magnitud de los cambios producidos en las últimas décadas y manifiestan sus implicaciones ambientales. Puede destacarse, por ejemplo, que en la década de los 90 del siglo pasado fueron urbanizados, en la UE, unos 8.000 Km2, lo que supone un incremento del 5% del total de la superficie urbanizada en solo 10 años. Este proceso se ha producido también en Andalucía, incluso con intensidades superiores a las medias de la UE, en particular en los ámbitos litorales y en los entornos de las principales áreas metropolitanas andaluzas.

A los problemas de fragmentación asociados a estos crecimientos urbanos, que en muchos casos han superado con creces las tasas demográficas de crecimiento natural o endógeno, se añaden los derivados de las necesidades infraestructurales que requieren estos nuevos espacios urbanos, las cuales resultan también en una mayor fragmentación en el territorio, como consecuencia de la proliferación de elementos que producen efectos barrera.

Incluso las zonas remanentes de alto valor natural (Red de Espacios Naturales Protegidos y Red Natura 2000) se encuentran fragmentadas o aisladas unas de otras y en algunas ocasiones, inclusive, presentan problemas internos de fragmentación de hábitats y ecosistemas. Como consecuencia, las especies encuentran grandes dificultades para desplazarse, migrar o dispersarse, o para completar en su totalidad sus ciclos biológicos vitales. Pero los efectos de los procesos de fragmentación no se reducen a la pérdida de biodiversidad, sino que además pueden llegar a comprometer la conservación de ecosistemas que ejercen importantes servicios ambientales. La pérdida o deterioro de estos servicios ambientales tiene a su vez implicaciones directas sobre las sociedades que las padecen, sobre sus actividades y sobre sus modelos socio-económicos. En última instancia, los procesos de fragmentación pueden llegar a comprometer, también, el desarrollo humano, social y económico de los territorios en los que se producen.

Proceso a seguir en la fase de diagnóstico del Plan

Proceso a seguir en la fase de diagnóstico del Plan Director para la Mejora de la Conectividad Ecológica en Andalucía

Los aspectos relacionados con la fragmentación del territorio y con conectividad ecológica han sido abordados en Andalucía desde hace años. La conectividad se contempla en la legislación andaluza, en diferentes estrategias, documentos de planificación y proyectos acometidos desde la Administración Ambiental. Sin embargo, los retos que plantean la conservación y mejora de la conectividad ecológica no se han afrontado hasta la fecha mediante una planificación específica e integrada a escala regional. Con el objetivo de disponer de un instrumento que facilite su gestión la Consejería está elaborando en la actualidad el Plan Director para la Mejora de la Conectividad Ecológica en Andalucía.

La elaboración del Plan se articula en torno a una serie de ejes o elementos de interés:

  • La Red de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía, incluyendo la Red Ecológica Natura 2000, dado que la conectividad de las áreas protegidas se encuentra estrechamente relacionada con su conservación.
  • Los planes y la gestión sectorial, ya que inciden directamente en los elementos que conforman la trama ecológica del territorio (ríos, riberas, bosques isla, herrizas, núcleos forestales aislados, etc.). Se constata que la mejora de la conectividad ecológica y la conservación de la misma dependen en gran medida de la planificación y actuaciones que se desarrollan desde diversos ámbitos sectoriales, en muchos casos ajenos al ambiental. Así, se pueden citar los planes y la gestión sectoriales de agricultura, ganadería, ordenación del territorio o aguas, entre otros. Especial interés reviste el desarrollo de infraestructuras de transporte, por la incidencia de las mismas sobre la fragmentación de los hábitats, y las decisiones que se adoptan en la ordenación del territorio, por su incidencia transversal sobre éste último y por su implicación en la intensidad y localización de los procesos urbanizadores.
  • La gestión de la conservación de la biodiversidad, ya que los diversos planes y programas de gestión de la biodiversidad constituyen una herramienta a través de la que se puede incidir en la mejora de la permeabilidad del territorio. A través de los programas de conservación y uso sostenible de la biodiversidad en Andalucía ya se impulsa actualmente el desarrollo de medidas favorables a la movilidad de los organismos y de medidas para reducir la fragmentación de los hábitats.

Así, el objetivo fundamental de la redacción del Plan es promover la mejora de la conectividad en Andalucía de forma integral, mediante el diseño de un programa de medidas priorizado, en base a criterios técnicos y de viabilidad, y a través del establecimiento de directrices de aplicación en los instrumentos estratégicos y de planificación vigentes, promovidos desde una amplia gama de departamentos y ámbitos sectoriales.

La figura presenta de forma esquemática el proceso a seguir en la fase de diagnóstico del Plan, la cual concluye con la definición de los objetivos y el programa de medida.

Conectividad de hábitats y Plan Director para la Mejora de la Conectividad Ecológica en Andalucía

Barranco del río Poqueira, Granada

El Plan Director para la Mejora de la Conectividad Ecológica en Andalucía se enmarca dentro del desarrollo e implementación de la Estrategia Andaluza de Gestión Integrada de la Biodiversidad, aprobada en el año 2011 por acuerdo de Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía, y su enfoque y planteamiento es coincidente con las líneas de acción política en materia de medio ambiente y biodiversidad impulsadas desde la Unión Europea. Entre dichas líneas de acción se incluye la propuesta de definición de una Infraestructura Verde para el conjunto de la UE.

Los objetivos básicos de la configuración de esta Infraestructura Verde contemplan una doble componente:

  • Por un lado pretenden mejorar la protección de la biodiversidad europea, garantizando, entre otras cosas, la coherencia territorial del la Red Natura 2000.
  • Por otro, persiguen reforzar la funcionalidad de los ecosistemas rurales europeos, más allá de las áreas que componen la Red Ecológica Natura 2000. Este factor resulta especialmente determinante en zonas como el Mediterráneo, donde el histórico manejo de los paisajes y territorio da forma a una serie de mosaicos agrarios heterogéneos, muchos de los cuales mantienen importantes y diversas funcionalidades ambientales.

Cercanías de la estación de Piñar, Granada
 

El Plan andaluz, aprobado por Acuerdo del Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía del 12 de junio de 2018, al igual que la estrategia para el desarrollo de una Infraestructura Verde en la Unión Europea, apuesta por la aplicación de un modelo de intervención que comprende múltiples facetas y que requiere necesariamente de la integración sectorial. En consecuencia, sus fases de análisis y diagnóstico se proponen desde enfoques multidisciplinares y la estructura de sus líneas de acción sobre el territorio abarca también diversos ámbitos de actuación. Entre los objetivos que se persiguen con la aplicación de este modelo de trabajo pueden destacarse los orientados a:

  • Aumentar la conectividad espacial entre las áreas núcleo para contrarrestar la fragmentación y fortalecer su coherencia ecológica (por ejemplo mediante el desarrollo de medidas encaminadas a la mejora ambiental de setos, lindes, riberas, vías pecuarias, herrizas, áreas de refugio y zonas forestales aisladas, pasos de fauna, etc.)
  • Fortalecer la permeabilidad general del paisaje para favorecer la dispersión, migración y adaptación de las especies (a través de la promoción de modelos de aprovechamiento compatibles con la función de territorio como conector del paisaje, mediante la aplicación de directrices y criterios de gestión).
  • Identificar zonas multifuncionales donde la estructura en mosaico propia del aprovechamiento agropecuario garantice una mejor funcionalidad de los ecosistemas, tanto de los presentes en dichos territorios como de los adyacentes.