La Estrategia Forestal Española Horizonte 2050 considera una oportunidad la construcción en madera y el uso de sus productos derivados con huella ecológica positiva frente a otros materiales muy demandantes de energía y recursos en sus diferentes fases de producción, utilización y valorización. Al mismo tiempo, advierte del riesgo social, económico y ambiental que supone la inmovilización en el monte de la madera y otros productos forestales por falta de su aprovechamiento, teniendo en cuenta la tasa de crecimiento anual del conjunto de los bosques, que supone un grave inconveniente al desarrollo de la política forestal andaluza por la permanente acumulación de biomasa combustible y su repercusión en la intensidad de los incendios forestales en la actualidad.
En este escenario, surge de forma la necesidad, la conveniencia y la responsabilidad de planificar el alcance de esta nueva vieja tendencia: la de aprovechar un recurso natural y renovable, asegurando su persistencia, la constancia de las existencias y la conservación de sus fuentes, los bosques.
A este respecto, la labor continuada de ordenación de los montes andaluces es cuestión capital, y deberá reorientarse para dar cobertura a esta necesidad social bajo el principio de multifuncionalidad del monte.
En este sentido, mediante Acuerdo de Consejo de Gobierno, de 14 de enero de 2020, se aprobó la formulación de la adecuación del Plan Forestal de Andalucía Horizonte 2030, estableciendo la necesidad de promover planes encaminados a mejorar la gestión y producción de aprovechamientos forestales y contemplando entre sus medidas la de optimizar las diversas producciones forestales de modo compatible con el carácter eminentemente protector de la mayor parte de los bosques andaluces.
Así surge el Programa de Impulso de los Aprovechamientos de Madera en Andalucía, que persigue el fomento de la gestión forestal sostenible de los montes andaluces, como fuente productora de madera, principalmente, pero también de corcho y otros recursos naturales renovables, como punto de partida de una cadena de valor añadido mediante el impulso de un nuevo ecosistema industrial que, desde la base ya existente en el territorio andaluz, consolide el ciclo de aprovechamiento de la madera.
La creación e impulso de este renovado ecosistema forestal-industrial requiere del desarrollo previo de diversas fases, que se constituyen en verdaderos objetivos concretos. Entre ellas está la evaluación de la productividad potencial actual de las masas forestales maderables de Andalucía y definición de áreas de aprovechamiento preferente en base a la rentabilidad de los mismos y posibilidades de mecanización, con la finalidad última de favorecer la lucha contra la despoblación rural en estas áreas económicamente desfavorecidas; el diagnóstico sobre el sector industrial y empresarial de la madera en Andalucía; el fomento de la ordenación de montes privados y públicos andaluces y de la Certificación Forestal o la implementación de una selvicultura destinada a la obtención de madera de calidad.
Además, se prevé la organización de una campaña de sensibilización sobre la necesidad e importancia de los aprovechamientos forestales, singularmente el de madera, y fomento de los procesos participativos; la formación de los distintos agentes para fomentar el empleo y disponer de profesionales cualificados en el sector de la madera en zonas con alto riesgo de despoblación; así como potenciar la visibilidad del sector de la madera y sus agentes en la regulación existente en materia de registros industriales.