El descubrimiento, desarrollo y aplicación de nuevos productos químicos ha permitido mejorar las condiciones de vida de la población humana, pero al mismo tiempo ha ocasionado efectos desfavorables para su salud y el medio ambiente.

Actualmente se contabilizan más de 100.000 sustancias químicas diferentes comercializadas en la Unión Europea; la mayoría de ellas no han sido controladas desde el punto de vista de la evaluación del riesgo que suponen para la salud humana, el medio ambiente y los recursos naturales.

Para paliar estas deficiencias la Unión Europea ha generado instrumentos para regular estas sustancias (REACH) y otros productos de carácter persistente (COP), y fomenta la gestión racional de productos químicos a escala internacional mediante diferentes políticas (SAICM).
 

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