Un vehículo al final de su vida útil (VFU) es aquel vehículo que su poseedor ha desechado o tiene la intención u obligación de deshacerse de él y que, siempre que sea entregado a un centro autorizado de tratamiento (CAT) y éste expida un certificado de destrucción, se ha convertido en residuo.
Este tipo de residuos está regulado por el Real Decreto 20/2017, de 20 de diciembre, sobre la gestión de los vehículos al final de su vida útil. Sus objetivos son prevenir la generación de residuos procedentes de los VFU, regular su recogida, descontaminación y otras formas de tratamiento para mejorar la eficacia de la protección ambiental a lo largo del ciclo de vida de los vehículos. Entre otros requisitos, esta normativa obliga a los fabricantes de vehículos a tomar medidas de prevención en el proceso de fabricación, como limitar el empleo de sustancias peligrosas, diseñar y fabricar los vehículos de manera que se facilite el desmontaje, la descontaminación y la valorización o incluir materiales reciclados en la fabricación de los vehículos.
El Reglamento autonómico de residuos contempla este tipo particular de residuo en el Título V, Capítulo VIII, artículo 108.