El uso de cebos envenenados es una práctica extendida en el territorio español y europeo para controlar a los predadores naturales de especies cinegéticas y ganaderas. Este método de captura no selectivo supone una mortal amenaza para muchas especies emblemáticas y amenazadas en Andalucía como el águila imperial ibérica, quebrantahuesos, buitre negro, alimoche o lince ibérico.
A pesar de la complejidad de las actuaciones que requiere su erradicación, las medidas implantadas con la Estrategia Andaluza contra el Veneno en 2004 han supuesto una reducción del 50% en el empleo de venenos en la región, pasando de los 205 casos detectados en 2006 a 94 en 2012. Éstas medidas han puesto a Andalucía a la cabeza de la lucha contra el veneno en Europa, participando también en proyectos LIFE relacionados con el uso de ilegal de venenos.