Este espacio, que ocupa una superficie aproximada de 7.035 hectáreas, está constituido por los fondos que conforman parte de las aguas interiores de la bahía de Cádiz. Están rodeados por las poblaciones de Rota, El Puerto de Santa María, Puerto Real, San Fernando y Cádiz, en las que habitan alrededor de 400.000 personas, cifra que se ve aumentada estacionalmente durante el verano.

El ámbito de la ZEC se corresponde prácticamente en su totalidad con la lámina de agua que conforma la bahía, por lo que la vegetación propia es submarina. En el saco interno de la bahía han sido identificadas 14 especies de algas; siete de ellas son algas verdes, entre las que destacan, la lechuga de mar (Ulva lactuca), que llama la atención por su abundancia en algunas épocas del año y Caulerpa prolifera, especie muy colonizadora que llega a constituir praderas submareales de gran relevancia en cuanto a biodiversidad.

Pero la relevancia biológica de esta ZEC radica en sus fanerógamas marinas. Están en la bahía presentes tres de las cuatro especies que habitan en el litoral andaluz. La riqueza biológica que se desarrolla en torno a estas praderas de fanerógamas es enorme, ya que constituyen un hábitat importante para la cría y el alevinaje de los peces, que se alimentan de la fauna que se desarrolla alrededor de estos herbazales acuáticos que, a su vez, atraen a multitud de aves acuáticas.

Por otra parte, todo el ámbito está incluido dentro de un perímetro considerado como zona de servidumbre arqueológica, denominado Espacio Subacuático Bahía de Cádiz, declarada por la Dirección General de Bienes Culturales de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía.