Las Sierras de Alcaparaín y Aguas constituyen un espacio Red Natura 2000 cuya posición geográfica es casi central respecto a los terrenos pertenecientes a la provincia de Málaga. Cuenta con una gran superficie, de más de 5.600 hectáreas, situada en las inmediaciones de otros espacios Z.E.C. como son la Sierra de las Nieves y Sierra Blanquilla al suroeste, a unos 8 kilómetros, o los ríos Guadalhorce, Fahalas y Pereilas y las Sierras de Abdalajís y la Encantada Sur al este y al norte respectivamente, a menos de 2 kilómetros y con las que puede mantener una cierta conectividad ecológica debido a que su proximidad facilita el desplazamiento de las especies por una matriz más o menos naturalizada.

El ámbito territorial de la Z.E.C. muestra una forma más o menos arriñonada orientada en sentido este-oeste, y abarca a las Sierras de Alcaparaín, a poniente, y las de Baños y Aguas en el extremo opuesto, separadas por un área más estrecha con elevaciones de menor envergadura y dividida transversalmente por el cauce del Arroyo de Las Cañas, uno de los más importantes que tributan al Río Guadalhorce y en el que podremos encontrar hábitats y especies estrictamente dependientes de la presencia del agua corriente. Las cumbres no son relevantes por su altitud, destacando el pico Valdivia como el punto de mayor cota en todo el espacio protegido (1.293 m) junto al conocido como El Grajo (1.168 m), situado a menos de 500 m de aquel. Debido a su cercanía hay quien afirma que ambas cumbres responden del nombre “Alcaparaín”, ya que el origen árabe del vocablo parece significar “las dos cimas”. No obstante, si accedemos a las partes más altas de la sierra veremos que lo más llamativo de este macizo es la amplia meseta existente, conocida como Llanos de Alcaparaín, desde la que el paisaje adquiere un enorme protagonismo y constituye un importante atractivo para los visitantes. Por su parte, en el área de Sierra de Aguas, la máxima altitud se alcanza en el vértice Sierra Agua, con 949 m, donde ha sido instalado un parque de generación eólica aprovechando el privilegiado lugar y su buena exposición a los vientos. La singular composición y estructura litológica de estas sierras dista mucho de parecerse a la de otras cercanas, como lo demuestran las explotaciones mineras que antaño existieron en estos terrenos algunas de las cuales eran realmente insólitas como las minas de cromo, níquel, hierro o incluso diamantes. Respecto a los materiales que las forman, el conjunto se encuentra en una ubicación geológica compleja, de contacto entre las zonas externas e internas de la cordillera Bética y con un gran afloramiento de peridotitas en Sierra de Aguas que se considera como el más septentrional de Andalucía. Donde no aparecen masivamente las distintas variantes de la serie peridotítica predominan las antiguas rocas metamórficas del paleozoico, aunque bastante deformadas, con gneises bandeados, esquistos y filitas como las mas representativas. También aparecen rocas sedimentarias mesozoicas y cenozoicas, en especial en la zona oeste del espacio protegido.

Esta amplia y compleja diversidad litológica está relacionada con la génesis de la zona y con el desplazamiento sufrido de oeste a este por la subplaca de Alborán, hasta su colisión con las placas Ibérica y Africana. Debido precisamente a este choque y a las colosales fuerzas de rozamiento y compresión que se originaron llegaron a producirse múltiples cambios, alteraciones y deformaciones de los materiales que responden de la peculiar situación litológica que hoy día observamos.

La variedad de materiales que afloran ha generado precisamente un gran número de tipos de suelo que a su vez se traduce en un rico elenco florístico, siendo las zonas con rocas ultramáficas las que condicionan la distribución de ciertas especies vegetales por su alto contenido en metales y sus elevadas concentraciones de ciertos compuestos minerales. En el caso de la Z.E.C. destacan varios elementos botánicos tanto por su singularidad como por su reducida área de distribución. Galium viridiflorum, presente en Sierra de Aguas, es una rara rubiácea recogida en el Anexo II de la Ley del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad y también en el Catálogo Andaluz de Especies Amenazadas, al igual que Armeria villosa subsp. carratracensis (cuya denominación científica alude precisamente a la localidad de Carratraca) y Silene fernandezii, ambas en situación de vulnerables. La distribución que presentan se debe principalmente a una estrecha adaptación a los suelos generados a partir de las peridotitas alteradas por los agentes atmosféricos. Se trata de lo que se conoce como edafoendemismos, o lo que es lo mismo, plantas capaces de sobrevivir bajo unas condiciones de suelo muy restrictivas y que apenas pueden ser toleradas por la mayor parte de las especies. Además de estos casos singulares, los terrenos afectados por la Z.E.C. albergan otras plantas igualmente interesantes, de entre las que cabe citar a Sarcocapnos baetica, la orquídea Ophrys atlántica o Linaria clementei, con distribuciones restringidas al sur de la Península Ibérica y adaptadas a ambientes rupícolas, siendo esta Z.E.C. un buen lugar donde observarlas.

En este espacio la vegetación cumple un papel muy importante para la regulación hidrológica de la zona mediante el control de la erosión, la retención de sedimentos y la estabilización de los suelos. Al formar parte de la Zona Especial de Conservación hasta un total de nueve montes públicos, con una superficie que representa el 77% de la misma, las formaciones boscosas suelen estar dominadas por pinares de repoblación, compuestos fundamentalmente por pinos carrascos en terrenos con calizas y dolomías, como los presentes por ejemplo en Alcaparaín, o bien por pinos carrascos, piñoneros y marítimos en zonas peridotíticas. El matorral mixto que cubre multitud de enclaves dentro de la Z.E.C. adquiere también un importante papel como sostenedor de los suelos sobre todo en aquellos lugares más pendientes, siendo frecuentes las superficies cubiertas a base de jaras, romeros, tomillos, aulagas, enebros, coscojas, matagallos, lavandas y muchas más especies de porte similar.

En relación a la fauna, esta Z.E.C. proporciona numerosos hábitats muy favorables para las especies ligadas sobre todo al ambiente predominantemente rocoso o al medio forestal. La existencia de numerosas crestas, cantiles y cortados facilita la nidificación de ciertas aves como son el águila real, la perdicera, el halcón peregrino, la chova piquirroja, el búho real y algunas paseriformes, entre otras muchas, y dentro del medio forestal serían por ejemplo el cárabo, el azor o el gavilán algunas de las aves más interesantes por descubrir. Los mamíferos de este entorno también se muestran bien adaptados a vivir entre rocas, bajo la cobertura y protección del bosque o aprovechando las formaciones de matorral y pastizal existentes. La cabra montés, el jabalí, el zorro, la gineta, la marta, el tejón o el conejo forman parte del amplio catálogo faunístico asociado a esta Z.E.C., en el que destacan además diversas especies de murciélagos que ocupan determinadas cuevas y ocasionalmente algunas de las viejas minas abandonadas, y hasta construcciones ruinosas donde encuentran refugios temporales.

Actualmente no existen equipamientos de uso público ofertados por esta Consejería dentro de la Z.E.C., reduciéndose las visitas recreativas a deportistas que suelen practicar actividades como la bicicleta de montaña, el senderismo o la espeleología. Recuerda que existen numerosas especies y hábitats de importancia dentro del espacio y si accedes a él debes ser sumamente respetuoso con la naturaleza para evitar alterarla. Infórmate previamente de las restricciones, limitaciones o prohibiciones que pudieran estar vigentes en especial durante la época reproductiva de la fauna protegida, y no realices ningún tipo de instalación de elementos fijos y permanentes en el medio natural sin la debida autorización. Recuerda de hecho que prácticamente toda la superficie de la Z.E.C. se enmarca dentro de la Reserva de la Biosfera Intercontinental del Mediterráneo Andalucía-Marruecos, en razón de sus valiosos valores ambientales, así que por favor, no los pongas en peligro.