La presencia en este espacio de ciertos hábitats naturales así como de una serie de especies animales y vegetales de interés internacional justificó su inclusión en la lista de Lugares de Importancia Comunitaria de la región biogeográfica mediterránea, para su posterior catalogación como Zona Especial de Conservación bajo la denominación “Sierras Bermeja y Real” en 2015. Abarca más de 30.000 hectáreas del suroeste de la provincia de Málaga y se extiende en paralelo a la costa a modo de barrera montañosa en dirección este-oeste, acercándose al mar a apenas tres kilómetros y medio en su extremo más occidental. Se trata de un complejo orográfico de las zonas internas del sistema Bético que sirve de frontera entre la comarca del Genal, la Sierra de las Nieves y el pie de monte costero entre Marbella y Estepona. Lo componen diversas sierras predominantemente pardas y de naturaleza no calcárea; las más relevantes son las que dan nombre al espacio, las sierras Bermeja y Real, existiendo otras de menor entidad pero no menos importantes como son la de las Apretaderas, Palmitera o Blanca, esta última de origen carbonatado lo que le da una apariencia más clara y no rojiza o parda como el resto.

La Z.E.C. se encuadra dentro del área paisajística “Serranías de montaña media”, con cumbres que alcanzan su máximo al norte (pico Encinetas, 1.473 m), mostrando un relieve con cañones o valles encajados así como imponentes macizos de rocas intrusivas ultrabásicas. Precisamente en la litología dominan este tipo de materiales geológicos, fundamentalmente peridotitas y serpentinas que por otro lado son las responsables del característico color de los terrenos en una gran parte del territorio, apareciendo no obstante otras zonas más al norte con presencia de mármoles, dolomías y calizas de distintos tipos procedentes de la Unidad de las Nieves. Debido precisamente a las particularidades de su naturaleza geológica, en este singular espacio han sido identificados una serie de elementos que por su especial interés aparecen incluidos en el Inventario Andaluz de Georrecursos: los cañones fluvio-kársticos como el de las Angosturas de Benahavís (esculpido en mármoles) o los Cahorros del río Castor de Estepona (este último abierto sobre mármoles y peridotitas) son dos interesantes ejemplos, al igual que los mármoles que delimitan las sierras blancas de las pardas en Igualeja, siendo en todo caso unos hitos de innegable atractivo para el visitante.

En cuanto a la hidrología, los principales ríos que fluyen por el espacio protegido o que incluso nacen de sus sierras son el Padrón, el Arroyo de La Cala, el Castor, el Guadaiza, el Guadalmina y el río Verde, unos cauces que en razón de su importancia medioambiental han merecido ser declarados, también, como zonas especiales de conservación fuera de los límites de las Sierras Bermeja y Real.

Por otro lado, en el territorio protegido predominan ampliamente las superficies forestales y naturales frente a otro tipo de usos del suelo. La importancia de estas zonas forestales naturales tuvo un gran peso durante el proceso de catalogación del espacio dentro de la Red Natura 2000, estando constituidas principalmente por bosques o grandes áreas de matorral denso con arbolado, acompañadas de pastizales con arbolado y de superficies cubiertas con matorral disperso. La Z.E.C. alberga, de hecho, una serie de hábitats de interés comunitario que hacen de ella un lugar de alto valor botánico; así, la variabilidad de ambientes supone una clara potencialidad de estas sierras y valles, pudiendo encontrarnos con un amplio catálogo de formaciones vegetales: brezales, matorrales arborescentes de Juniperus, zonas subestépicas de gramíneas, bosques de castaños, alcornocales, robledales ibéricos de quejigos, encinares, bosques galería, formaciones estables de vegetación en pendientes rocosas, prados húmedos mediterráneos de hierbas altas, matorrales ribereños y hasta abetales de pinsapo, estos últimos eso sí de una forma muy localizada y puntual. Como valor añadido, en estas sierras descubrimos especies de la flora adaptadas a las condiciones extremas que la presencia de peridotitas (alteradas en serpentinas) provoca en los suelos, ricos en silicatos de hierro y magnesio, con una ausencia de calcio, potasio y fósforo y una cantidad elevada de metales pesados. Estas características tan singulares, junto con la geomorfología de la zona de elevadas pendientes, provoca que existan numerosas especies vegetales altamente adaptadas a estas especiales condiciones, denominadas endemismos serpentinícolas.

En cuanto a la fauna, y debido tanto a la ya referida variedad de hábitats y a su localización en las rutas migratorias entre África y Europa como a la notable amplitud altitudinal existente desde prácticamente el nivel del mar hasta las cumbres de más de 1.400 m en una distancia geográfica tan reducida, estas sierras sirven de refugio y zona de campeo a un alto número de especies de animales algunas de las cuales sólo ocupan áreas de distribución muy localizadas, lo que recalca la importancia de aplicar unas correctas medidas de conservación en este espacio. Las aves destacan sobre el resto de la fauna, ya que a las que son sedentarias se suman otras migratorias que usan la Z.E.C. como descansadero antes de cruzar el Estrecho. En los hábitats rocosos cabe citar, entre otras muchas, al buitre leonado, al alimoche o a las águilas perdicera y real, y asociadas a hábitats de bosque se encuentran multitud de aves algunas de las cuales son de gran interés (trepador azul, mosquitero común, águilas calzada y culebrera, azor o gavilán son sólo algunos ejemplos). En el hábitat de matorral y espacios abiertos nos será más fácil observar distintas currucas, la tarabilla común o los alcaudones, y entre las aves migratorias destacamos el paso de rapaces como los milanos negro y real, las águilas culebrera y calzada o el halcón abejero, este último agrupado frecuentemente en grandes bandos.

Una mención especial que acrecienta la importancia de la singular biodiversidad que puebla la Z.E.C. debe ser hecha en relación a los invertebrados. Ligada a bosques de alcornoques, quejigos y encinas sabemos de la presencia de la araña negra de los alcornocales, un endemismo restringido al sur de España y el norte de África. Igualmente, y asociadas al medio acuático, existen ciertas especies de odonatos (libélulas y similares) de enorme relevancia que constituyen bioindicadores de una excelente calidad de las aguas.

Respecto del uso público, actualmente no existen equipamientos ofertados por la Consejería en el ámbito de la Z.E.C., aunque el régimen de visitantes interesados por el turismo de naturaleza, la ornitofauna, el senderismo, el deporte al aire libre y otras actividades de recreo y esparcimiento va en aumento día a día. Recuerda que tu visita debe pasar desapercibida para el medio natural, procura no arrojar residuos y evita sobre todo aquellas prácticas que puedan ocasionar incidentes ambientales y especialmente los temidos incendios forestales, si quieres seguir disfrutando de estos verdaderos santuarios de la naturaleza en el futuro.

Como vemos, en razón de sus innegables valores ambientales la Z.E.C. Sierras Bermeja y Real desempeña un papel trascendente como corredor entre espacios red Natura 2000 en Andalucía, debido a la continuidad física y territorial existente entre ella y las Z.E.C. Sierra Blanca y Valle del Río Genal así como con otros espacios de la red entre los que destacan los Alcornocales y Sierra de las Nieves, hecho que posibilita la existencia de un importante pasillo ecológico a través de las provincias de Cádiz y Málaga. Tanto es así que el Plan de Gestión vigente a fecha de hoy del espacio fue aprobado como una sola unidad funcional por parte de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio para las Sierras Bermeja y Real, Blanca y Valle del Río Genal, con la particularidad de que una cuarta Z.E.C., la de Los Reales de Sierra Bermeja, aparece enclavada dentro de la que ahora nos ocupa si bien en este caso, y debido a sus peculiaridades, cuenta con un plan de gestión propio.

Finalmente, señalar que la Z.E.C. se encuentra incluida dentro de dos Reservas de la Biosfera, la denominada como Intercontinental del Mediterráneo y la de Sierra de las Nieves, ambas dentro del Programa Hombre y Biosfera de la UNESCO, acrecentando de este modo su importante papel dentro de los territorios que gozan de protección ambiental en nuestra Comunidad Autónoma.