El río Guadaiza nace a 1.250 m de altitud en Benahavís, cerca de la encrucijada con los términos de Istán y Parauta y en la falda sur del Cerro Abanto, en plena Sierra Trincheruelas. Es uno más de los varios cauces que arañan las sierras costeras desde Marbella a Manilva en una red hidrológica con forma de peine, perpendicular al litoral y compuesta por numerosos ríos y arroyos de fuerte pendiente, corto recorrido y aportes esporádicos. Los primeros 13’1 kilómetros forman parte de la Zona Especial de Conservación Sierras Bermeja y Real, quedando sujetos a la Z.E.C. Río Guadaiza los 9’1 kilómetros restantes hasta llegar a la playa de Cortijo Blanco, en Marbella. Este espacio Red Natura 2000 relaciona por tanto el litoral con las sierras interiores, a modo de pasillo ecológico de alto valor ambiental y paisajístico, y la presencia en él de hábitats naturales y de hábitats de especies de los recogidos en la Directiva Comunitaria de 1992 justificó su actual catalogación como Z.E.C.

Tiene clasificados casi 1’5 kilómetros de su cauce dentro del espacio fluvial sobresaliente Río Guadaiza, que comprende además otros 11’9 kilómetros del mismo río hacia su cabecera, y todo ello gracias al magnífico grado de conservación hidrológico y geomorfológico, la importancia de su vegetación y el valor ecológico que encierra. Al norte predomina, de hecho, un uso forestal en ambas márgenes, con una gran cobertura tanto de estrato arbolado como arbustivo, siendo la calidad del cauce buena al igual que en el tramo medio. Es durante el último tercio del recorrido donde los usos de las márgenes son urbanos o destinados a cultivos o baldíos, lo que conlleva una alteración que se hace más manifiesta a medida que nos acercamos a la desembocadura.

Ciertas especies de la flora han sido relevantes a la hora de su reconocimiento como Z.E.C. Una de ellas es el gálio de flor verde, un endemismo vegetal del sur peninsular que se desarrolla sobre los suelos serpentinícolas y peridotíticos del Guadaiza en sus tramos superior y medio, siendo común en ellos. Por otro lado, es importante tener en cuenta que la protección de este ecosistema fluvial tiene como objetivo primordial el mantenimiento y la conservación de la población sedentaria de nutria asentada en la mayor parte de las corrientes superficiales que drenan las Sierras Bermeja y Real hacia el mar.

La Z.E.C. atesora además otros valores ambientales. Al norte constituye un área potencial de invernada de cigüeña negra, teniendo igualmente el estatus de invernantes las garcetas común y grande, y entre las aves son igualmente merecedores de atención el avetorillo común o el martín pescador, que como su nombre indica se alimenta de la ictiofauna que puebla estas aguas. Precisamente los peces constituyen un importante recurso en la Z.E.C., con especies infrecuentes en otros cauces siendo quizás la más vulnerable el blenio de río al que acompañan barbos gitanos, anguilas, bogas del Guadiana y bordallos o cachuelos malagueños (esta última es una especie endémica de los ríos más occidentales de la provincia).

Se cita igualmente la presencia de ciertos quirópteros con colonias de cría dentro de los terrenos de la Z.E.C., como son los murciélagos grande, mediterráneo y mediano de herradura o el murciélago de ribera, y dentro del grupo de los herpetos destacan el sapillo pintojo meridional y la ranita meridional para los anfibios y el galápago leproso como representante de los reptiles. En el rico y variado mundo de los invertebrados son dos especies de libélulas las que dan valor al espacio, siendo considerada una de ellas como un muy buen indicador que habita tramos fluviales bien conservados donde difícilmente se encuentran alteraciones importantes, ya sea por contaminación de las aguas o por un mal estado de conservación de la vegetación. La mariposa doncella de ondas rojas se une al elenco de insectos singulares que pueden ser encontrados en este entorno.

En cuanto a los hábitats de interés comunitario que se han descrito en el territorio protegido destacamos los bosques galería a base de sauces arbustivos (Salix pedicellata), junto a formaciones también en galería generadas a partir de matorrales ribereños termomediterráneos, en las que aparecen especies arbustivas y herbáceas asociadas a adelfares con fuerte estiaje y tarajales muy dispersos con pastizal perenne. El hábitat caracterizado por prados húmedos mediterráneos de hierbas altas se nos presenta básicamente en forma de juncales y comunidades de grandes hierbas de carácter mediterráneo, asentadas sobre sustratos serpentinícolas inundables y sujetos a sequía estival.

El río Guadaiza no sustenta un uso público tan intenso como el de su vecino Guadalmina, pero la tendencia actualmente existente a remontar cursos de agua hace que algunos visitantes se acerquen para realizar actividades deportivas, lúdicas o recreativas. Si accedes al cauce procura entrar al agua con calzado, vestimenta y utensilios desinfectados previamente, para no transmitir hongos ni microorganismos patógenos procedentes de otros lugares, y no alteres ni el fondo del río ni las orillas y márgenes, no sea que dañes el hábitat donde la nutria y otros seres vivos necesariamente han de sobrevivir. Recuerda que esa es su casa y que no tienen recambio para ella si se deteriora, respétala por favor especialmente en la época de cría. Infórmate sobre las limitaciones o prohibiciones que pudieran ser de aplicación por esta circunstancia.

La desembocadura del río, por encontrarse en zona de playa y por tanto estar sometida a la presión propia de un lugar de baño donde prácticamente no queda rastro de la vegetación natural asociada al cauce adquiere una escasa importancia desde el punto de vista ambiental, pero no por ello deja de ser Z.E.C., de modo que habrás de comportarte de forma acorde con el estatus de espacio protegido que tiene.