El sendero de las Marismas de San Miguel forma parte del conjunto de equipamientos dedicados a la puesta en valor de los humedales litorales de la provincia de Huelva. Se trata de un sendero que penetra perpendicularmente a la marisma desde el gancho arenoso de los Cabezos del Terrón hasta alcanzar el mismo borde del Estero del Carbón. A partir de aquí discurre paralelamente a éste hasta que, después de cruzar tres brazos o caños que alimentan el estero, vuelve a dirigirse hacia el gancho arenoso finalizando su recorrido cuando se reencuentra con el Camino del Lancón.

El recorrido por el sendero permite al visitante adentrarse en un paisaje rodeado de brazos y caños de agua que hacen variar su aspecto al ritmo que se suceden las pleamares y las bajamares. Encontramos en este espacio mareal numerosas especies de flora adaptadas a ambientes salinos: Almajo, Espartina, Limoneo, Salicornia, etc. Son plantas que además de su tolerancia a la sal (especies halófilas), se caracterizan por soportar las variaciones del nivel de las aguas, pudiendo tolerar incluso breves periodos de inundación completa. Otras especies menos tolerantes como el jaguarzo o la retama, quedan recluidas a las escasas zonas que se mantienen permanente sobre el nivel de pleamar.

Ligados a estos sistemas puede observarse una rica avifauna dominada principalmente por especies como la cigüeñuela, la avoceta, diversos chorlitejos, el ostrero, el archibebe, la canastera, los correlimos o la espátula. Pueden observarse también con mucha frecuencia especies propias del litoral marino como cormoranes, pagazas y distintas especies de gaviotas.

Además de los valores naturales y paisajísticos del entorno, este sendero destaca por la presencia de las pasarelas que sirven para salvar el cruce de los tres brazos que lo atraviesan. Se trata de tres estructuras en madera laminada de 37, 22 y 17 metros de longitud, diseñadas en un solo vano, sin apoyos intermedios. Por sus dimensiones y diseño destaca la pasarela nº 1, la primera en cruzarse si se accede desde la entrada más próxima al Rompido. Consiste en un puente en arco, apoyado sobre los estribos situados en ambos extremos y que salva el caño principal que atraviesa la marisma a una altura de 3 metros sobre el nivel de pleamar.