Córdoba Califal. Año 1000 - page 21

cuando se desvió la corriente del río mediante una
presa para trabajar en seco.
La variedad y abundancia de los recursos naturales,
entre los que cabe destacar el agua, y las posibilidades
que ambos entornos (sierra y río) han ofrecido a lo
largo de la evolución comentada, han posibilitado una
potente y dilatada ocupación humana.
La subsistencia es uno de los temas fundamentales en
los estudios históricos, ya que constituye una necesi-
dad básica y universal, con independencia del contexto
social y cronológico. Uno de los aspectos básicos para
su estudio se refiere a las relaciones entre los grupos
humanos y su medio físico.
Dentro de estos escenarios naturales en los que se ha
desarrollado la evolución histórica humana, los princi-
pales ambientes que han proporcionado materiales ar-
queológicos son mayoritariamente áreas ribereñas de
ríos y lagos, así como zonas próximas a fuentes y sur-
gencias naturales de agua. Es decir, que el agua como
elemento fundamental para la vida y los materiales
de piedra como materia prima con la que elaborar sus
herramientas, asociados a otras características singula-
res de los ámbitos con recursos hídricos, convirtieron
estos lugares en zonas preferentes de asentamiento
desde la Prehistoria.
En este sentido, las terrazas fluviales en el entorno de
Córdoba han conservado en sus depósitos los útiles
fabricados por lo primeros pobladores del Paleolítico
(lascas, cantos tallados, bifaces, etc.) en lugares como
El Tablero, el barrio del Naranjo o en Córdoba la
Vieja, no lejos de Madinat al-Zahra. También, aunque
con menor frecuencia y en cantidades mucho más
limitadas, han aparecido huesos de los animales que
vivieron, comieron o bebieron en estos lugares, como
elefantes, hipopótamos, cérvidos o caballos.
Pero será con la ocupación romana cuando el foco de
la interacción entre el hombre y el agua en el entorno
de Córdoba, sin abandonar su relación con el río que
en aquellos momentos resultaba navegable hasta el
lugar, se focalice hacia Sierra Morena, para captar el
agua necesaria tanto para el abastecimiento urbano
como para el rural, con la creación de innumerables
construcciones e infraestructuras (pozos, aljibes,
acueductos, puentes, azudes) que mantendrían su uso
y se verían incrementadas de forma sustancial durante
la época islámica, algunas de las cuales han subsistido
parcialmente hasta la actualidad, como atestiguan los
restos de los acueductos de Valdepuentes y del arroyo
Pedroche, o de la fuente del Elefante.
Ejemplo actual de la preocupación de la sociedad por
algunos de aquellos elementos patrimoniales hereda-
dos es la declaración del espacio fluvial comprendido
entre el puente de San Rafael y el Puente Romano, los
Sotos de la Albolafia, como un espacio natural pro-
tegido con la categoría de Monumento Natural. Sus
valores bióticos y culturales radican principalmente en
su interés biogeográfico y en el importante número de
elementos de patrimonio cultural que alberga, entre
norias, molinos, azudes y otras obras de diversas fun-
ciones y cronologías. Todos estos componentes confor-
man hoy un conjunto de bienes del patrimonio histó-
rico y natural, mediante los cuales podemos conocer y
entender cómo ha ido desarrollándose el devenir de las
sociedades que han habitado e interactuado con estos
escenarios naturales del entorno de Córdoba.
HOLOCENO
(hace 12.000 años-presente). El río Guadalquivir se
afianza como eje del sistema hidrográfico, al que vierten las redes
de los afluentes mariánicos, al norte, y béticos, al sur.
U N PA I S A J E H E CHO E N L A H I S T O R I A [
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)
En el valle
del Guadalquivir
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